"Asesinato premeditado". Estas dos palabras rompieron ayer a Oscar Pistorius. El fiscal sudafricano Gerrie Nel le acababa de confirmar que, como la policía, él también cree que el pasado jueves mató deliberadamente a su novia, la modelo Reeva Steenkamp. Hasta ese momento, el atleta sudafricano había aguantado de pie, tenso y con los puños apretados la primera vista ante el juez tras su detención. Pero al escuchar los cargos, se derrumbó e intentó inútilmente esconder sus lágrimas con las manos. "Tómeselo con calma. Siéntese", le dijo el magistrado Desmond Nair. Y Pistorius siguió el resto de comparecencia sentado, en silencio y sin apenas levantar la vista del suelo.

Henke, el padre del atleta, situado detrás del banquillo, le agarró el hombro para consolarle. Su hermano y su hermana, visiblemente afectados, también estaban allí. Ayer se tendría que haber decidido si el campeón paralímpico quedaba en libertad bajo fianza o por el contrario ingresaba en prisión preventiva, pero su defensa pidió más tiempo "para hacer sus propias investigaciones". El juez aceptó aplazar la decisión hasta el próximo martes.

Dos horas después, Pistorius habló por primera vez. Lo hizo en un comunicado firmado por su familia y su representante en el que rechazó "de la manera más enérgica posible" los cargos por asesinato. También quiso trasladar sus "más profundas condolencias a la familia de Reeva" y se refirió a la muerte de la joven, de 29 años, como una "terrible tragedia". Pero el comunicado no fue más allá.

El atleta negó las acusaciones pero no apuntó ninguna posible explicación a la muerte de la modelo, cuyo cuerpo fue hallado tiroteado en la casa del deportista la madrugada del jueves. Tampoco dio ninguna coartada. "Haremos lo posible por hacer otros pronunciamientos a medida que los asuntos se vayan desarrollando ya que en estos momentos es muy difícil responder a preguntas más concretas". Es probable que hasta el próximo martes no se sepa qué defensa preparan los abogados del atleta y con qué argumentos van a rebatir las acusaciones de la fiscalía y la policía, que sostienen que el deportista mató a Steenkamp en un crimen deliberado.

NOCHES EN COMISARIA La estrella olímpica y paralímpica había llegado temprano al juzgado de Pretoria tras pasar la noche en una comisaría de la capital sudafricana, donde ha dormido también esta última noche y donde permanecerá hasta que el martes vuelva a comparecer ante el juez. No es lo habitual. Ha sido una concesión para que se pueda reunir con sus abogados ya que en la cárcel no se permiten las visitas de fin de semana.

Una nube de cámaras esperaban a Pistorius a las puertas del juzgado. El atleta descendió del coche patrulla cubriéndose la cabeza con la chaqueta del traje. Uno de los agentes que lo trasladaba le guiaba marcándole con los brazos abiertos el camino. En una de sus manos, el policía llevaba una corbata azul marino y un cinturón doblados. Hasta que Pistorius no estuvo ante el juez, no se los pudo poner. Una medida de seguridad habitual para evitar autolesiones.

"Quiero poder oír caer un alfiler", advirtió el magistrado a los presentes en la sala, completamente abarrotada por la gran expectación generada. Sudáfrica entera estaba pendiente de sus palabras. "Ese momento inimaginable cuando tu hijo de 6 años te llama y te pregunta que qué le ha pasado realmente a su héroe". Este mensaje de Benita Levin, editora del medio digital sudafricano Eye Witness News, resume el trauma que está viviendo gran parte de la sociedad sudafricana tras la detención de quien, para muchos, es más que un icono deportivo. "Saber que Pistorius está acusado de asesinato es como enterarse de que el arzobispo Demond Tutu fue sorprendido cuando iba a robar una caja registradora. Estamos estupefactos", explicaba el periódico Times. "Los hombres lo admiraban, las mujeres lo adoraban, los niños discapacitados se inspiraban en él. Era un brillante ejemplo de cómo extraer lo mejor de uno mismo más allá de las adversidades", añadía.

Pero la prensa sudafricana también recordó el carácter "fuerte y obsesivo" del deportista y su pasión por las armas. Y el buen momento profesional que estaba pasando la modelo Reeva Steenkamp. Justo hoy se estrena la quinta temporada del reality show Tropika Island of Treasure, en el que la modelo fallecida es una de las participantes. En la web del programa, la foto de una vela acompaña al texto: "Estamos profundamente entristecidos".