El año pasado Ricky Rubio disfrutó como un niño de un fin de semana de ensueño en Orlando. Mientras miles de chavales se divertían en Disneyworld conociendo a Mickey, Pluto y la Sirenita, a 20 kilómetros, en el Amway Center, un chico de El Masnou se ponía a las órdenes de uno de sus ídolos, Shaquille O'Neal, para jugar su primer All Star de la NBA.

La pasada madrugada Ricky repitió experiencia al disputar en Houston (volcada con el All Star) el partido de las Estrellas Emergentes junto a una selección de jugadores de primer y segundo año. En la rueda de prensa previa confirmó que, tras su ausencia por lesión en los Juegos Olímpicos, volverá a jugar con España el Europeo de este verano.

La fiesta sigue la próxima madrugada con los concursos de triples y mates. Kevin Love, compañero de Ricky Rubio y que se llevó el duelo de triplistas en Orlando, no podrá defender su título. Stephen Curry, finalista el año pasado, es el principal favorito al cetro junto a Ryan Anderson, el que más triples ha embocado en lo que va de curso.

Jeremy Evans, defensor del título, es el rival a batir en el concurso de mates, aunque la principal atracción es Keneth Farriet. Dispuesto a hacer honor a su apodo, Manimal, el ala-pívot de los Nuggets amenaza con hacer un mate con una bola de bolera.

El plato fuerte del fin de semana llegará la madrugada del domingo al lunes con el partido de las Estrellas. Después de cinco años, este será el primero en el que no habrá un Gasol en la gran fiesta de la NBA. Ni Pau (que disputó el partido de las estrellas en el 2009, 2010 y 2011) ni su hermano Marc (que, tras disputar el partido de rookies y sophomores en 2009 y 2010, siguió la tradición familiar el año pasado en el partido de los mayores de Orlando).

Pau, que sigue recuperándose de su fascitis plantar, vio como los Lakers caían humillados en el derbi angelino con los Clippers (101-125). Ni un desdibujado Kobe Bryant (20 puntos y 11 asistencias) y un Howard poco intimidador en defensa (18 puntos y 8 rebotes) pudieron hacer frente al vendaval. La derrota complica un poco más el difícil camino hacia los play-off de los hombres de Mike D'Antoni.