El secreto mejor guardado del clásico se desveló tan solo una hora antes del inicio del choque. Antonio Adán, el meta al que Mourinho utilizó para castigar a Casillas, se quedaba en el banquillo en favor de Diego López, que se estrenaba en su regreso al Madrid nada menos que ante el Barcelona con tan solo tres entrenamientos. Tuvo una actuación notable y salvó a su equipo. El público aplaudió la decisión del técnico portugués, cuya coartada de que Adán estaba mejor que Iker para jugar ante el Málaga se desvaneció. Igual Mou hizo caso a las encuestas previas al choque, que se decantaban por López.

No se sabe qué pudo pensar Casillas, el hombre de los 30 clásicos seguidos de los 35 que ha disputado, al ver que su amigo Adán se caía del equipo en favor de otro meta de la casa que el domingo vivió el choque ante el Getafe en el banquillo. En ese encuentro, Adán apenas tuvo trabajo, por lo que casi todas las apuestas hablaban de él como titular, pese a que en la retina aparecía el tanto que encajó en Valencia y, sobre todo, que enfrente aparecía nada menos que el Barcelona, con un hombre con que el que Diego López ha soñado varias veces: un tal Leo Messi.

Primer susto

No aumentó su cuenta el azulgrana ante Diego López, a quien el Bernabéu aplaudió más que a Mourinho, que volvió a escuchar pitos y aplausos por parte de la afición. Vestido de negro y rojo, el portero blanco estuvo atento al trabajo de Pinto en la portería azulgrana durante le primer arreón del Madrid.

El primer susto llegó en una falta que Xavi estrelló en el larguero pasados los primeros 20 minutos. Poco después, en pleno cambio de rumbo del encuentro, vio venir a Messi, aunque salió indemne porque el argentino no acertó en esa acción ni en un mano a mano bien resuelto por Diego López.

Todo se tornó en oscuridad cuando Cesc le fusiló antes de la primera hora de juego. Poco después realizaba la primera intervención en un disparo de Alves. Ya en pleno asedio azulgrana, Pedro le perdonó la vida al plantarse solo ante el meta y disparar fuera.

Mientras, Adán se retorcía en el banquillo. El meta blanco, campeón de Europa sub'21 y que debutó con el primer equipo en un encuentro ante el Auxerre en diciembre del 2010, no pudo cumplir su sueño de disputar su primer clásico después de oír de boca de Mourinho aquello de que "Adán está mejor que Iker", frase que el técnico portugués pronunció después del encuentro ante el Málaga, en el que Casillas fue suplente. También lo fue ayer de Diego López, que cerró su actuación en su primer clásico con una gran mano ante un disparo de Jordi Alba a dos minutos del final.

Fue el hombre de la noche junto a Varane, que también se estrenaba en un clásico. Además de dar un cursillo en defensa, el jugador francés, de 19 años, marcó el tanto del empate. No se descarta que Mourinho lo aproveche para sacar pecho, pese a que el técnico portugués sabe que el gran valedor de Varane no es otro que Zidane.