La incertidumbre sobre el futuro del base español José Manuel Calderón en la NBA ha llegado a su final esta madrugada después de que su actual equipo, los Raptors de Toronto, le traspasase a los Grizzlies de Memphis, que luego lo han enviado a los Pistons de Detroit, donde jugará.

El traspaso ha implicado a seis jugadores con Calderón y su excompañero el ala-pívot Ed Davis, que deja los Raptors y se queda con los Grizzlies, y el veterano alero Tayshaun Prince y el ala-pívot Austin Daye, que dejan los Pistons y llegan al equipo de Memphis. Mientras que los Grizzlies han enviado a los Raptors al alero Rudy Gay, su máximo líder encestador hasta ahora, al pívot iraní Hamed Haddadi y unos derechos de segunda selección del sorteo universitario.

La noticia del traspaso le llegó a Calderón cuando se encontraba en el Philips Arena, de Atlanta, listo para jugar ante los Hawks, un partido que ya no pudo disputar y que su equipo perdió por 93-92. Después de abrazarse con todos los que han sido sus compañeros, el jugador ha admitido ante los periodistas que dejar la franquicia que ha sido su casa durante casi ocho años no es algo fácil sino todo lo contrario --muy "duro", ha dicho-- aunque como profesional de la NBA estaba ya preparado para que este tipo de circunstancias se diesen.

Destino difícil

"Ha sido mi casa por ocho años", ha subrayado Calderón antes de abandonar el campo del Philips Arena y sin que todavía supiese que su destino final serían los Pistons. En lo que va de temporada, el jugador tiene promedios de 11,1 puntos, 7,4 asistencias y 2,4 rebotes.

El destino final de Calderón, los Pistons, no es el mejor que le podía tocar ya que el equipo de Michigan es, como los Raptors, otra franquicia con marca perderora y está en plena fase de reconstrucción, sin ninguna posibilidad de jugar esta temporada la fase final en la Conferencia Este.