Hay que dar la enhorabuena a los jugadores, a Valero Rivera y a todo el balonmano en general por lo conseguido. A los daneses les ha podido la presión de ser los favoritos, sobre todo cuando ha empezado yendo por debajo del marcador. Quizás el haber ganado con tanta facilidad a Croacia en las semifinales ha terminado jugando en su contra. A España le ha ido bien jugar en casa y sin presión. Ellos han cambiado un poco la defensa y hemos tenido más espacio para los laterales y para Aginagalde en el pivote para correr. No han podido correr y al ver que, con 8 de diferencia, perdían el primer ataque he tenido claro que íbamos a apalizarles. Ha sido un partido grandioso de todos. Me gustaría destacar a Joan Cañellas, que ha estado muy bien tanto en defensa como en ataque, donde ha estado muy acertado en la distribución del juego. Arpad Sterbik también ha vuelto a estar a un nivel extraordinario, dando otra vez una sensación de seguridad. Pero, sobre todo, me alegro por un grandísimo Alberto Entrerríos, que para mí es sin lugar a dudas el mejor jugador español de todos los tiempos técnica y tácticamente. Fue un honor tenerle en Túnez y me alegro que, después de no haber estado en los Juegos Olímpicos de Londres, se haya podido retirar con una medalla en casa. No sé cómo habrá ido económicamente, pero el Mundial ha sido un éxito a nivel deportivo, tanto por el resultado como por ver la mayoría de pabellones llenos.