La selección española de balonmano conquistó este domingo, gracias a su medalla de oro en el Mundial de España, el décimo metal en una gran competición internacional de su historia, y haciendo bueno, como hace 17 años, la condición de anfitrión.

En 1996, España organizó el Campeonato de Europa, donde consiguió su primer gran éxito internacional, una plata con sabor amargo después de perder en la final con Rusia por un ajustado 23-22. En esta ocasión, la cita donde ejercía de anfitriona era el primer Campeonato del Mundo de su historia, y se tomó la revancha con un arrollador oro, el segundo tras el de Túnez 2005 y tercer metal mundialista con el bronce de hace dos años en Suecia.

A estas tres preseas mundialistas hay que añadir otras cuatro continentales. La plata de 1996 la repitió el combinado nacional dos años después, cayendo con Suecia en la gran final, y bajó un peldaño en el año 2000, con un bronce. El último metal en un Campeonato de Europa se produjo en 2006, otra plata, al caer en la final ante Francia.

Finalmente, en lo que se refiere a las preseas olímpicas, el número asciende a otras tres, todas ellas de bronce, logradas en los Juegos de Atlanta 1996, de Sydney 2000 y de Pekín 2008.