La selección española de balonmano buscará este viernes (19.15 horas/La1) en el Palau Sant Jordi de Barcelona el pase a la segunda final mundialista de su historia para lo que deberá batir a Eslovenia, la revelación del Mundial de España, y que puede presumir de no haber perdido todavía en todo el torneo.

España jugará las quintas semifinales de un Campeonato del Mundo de su historia, con la esperanza de repetir lo realizado en Túnez en 2005, única cita en la que superó esa barrera, en la que se estrelló en Egipto 1999, Portugal 2003 y Suecia 2011, y para ello contará con el aval del público y la teórica superioridad sobre su rival, con menos palmarés y experiencia, salvo la plata continental de 2004 cuando fue anfitriona.

Sin embargo, en aquella ocasión, el conjunto esloveno contaba con una de las mejores generaciones de jugadores y con un equipo, el Celje, situado en la primera plana del balonmano del Viejo Continente. De aquel equipo le quedan en este Mundial el veterano central Uros Zorman y el extremo Vid Kavticnik, que acaba de salir de una grave lesión y busca su mejor estado de forma.

Eslovenia ha firmado hasta el momento una sensacional competición, sobre todo en el aspecto goleador, superando la treintena de goles en cuatro de sus siete partidos. Superaron como primeros la fase de grupos, por delante de Polonia y Serbia, y en los cruces se deshicieron de Egipto y de Rusia, por lo que llegan con bastante confianza.

En cambio, por experiencia, factor público y equipo, el actual bronce mundialista parece partir un paso por delante del equipo de Boris Denic, que acude sin presión al choque y esperando que su defensa y su velocidad pueda causarle quebraderos de cabeza como hizo en los cuartos de final Alemania. De todos modos, el técnico esloveno ha tenido un problema al perder por lesión a uno de sus puntales, el extremo del Montpellier Dragan Gajic, que estaba siendo su máximo goleador.

Pero como sucedió con Alemania, Eslovenia es más un bloque que individualidades y Valero Rivera ya advirtió tras ganar a los germanos que se presentaba un "partido muy difícil" y que los eslovenos juegan siempre a un ritmo muy alto, buscando continuamente una de sus virtudes, correr, algo amparado por la buena calidad de sus extremos, por lo que en ataque se deberán evitar errores, y en defensa incomodar todo lo posible al veterano Zorman.

Vuelta al 6-0

Lo más normal es que el técnico aragonés decida volver al 6-0 en defensa, después de que el 5-1 planteado para frenar a los germanos no diese los frutos previstos y el equipo fuese mucho tiempo a remolque hasta que apretó atrás. También habrá que ver por cuál de los dos porteros opta de inicio, tras el magnífico partido que realizó José Manuel Sierra.

La anfitriona ha dejado claro que es desde su defensa desde donde construye sus victorias y debe intentar evitar las situaciones de las primeras partes ante Hungría (14 goles encajados), Croacia (15) y Alemania (14) y acercarse a las prestaciones ofrecidas en los octavos de final ante Serbia.

En ataque, los problemas para atacar un 6-0 se repitieron, sobre todo en el lanzamiento de nueve metros (1/12), y sólo el talento de Alberto Entrerríos y la fuerza de Jorge Maqueda pudieron en ocasiones con el muro alemán, resquebrajado finalmente por la aparición de Julen Aginagalde, por fin protagonista ofensivo de la selección (7 goles) y que demostró que si recibe balones es casi imparable.

El último enfrentamiento entre ambos combinados no data de hace mucho tiempo. Fue en el Europeo de 2012 de Serbia y ganó el combinado español, que no se jugaba nada, por 35-32, en el último partido de la segunda fase y en el que fue abajo durante buena parte del choque.