Ni un set perdido, ni un juego cedido con su saque y solo un punto de break en 12 sets y cuatro partidos disputados por Roger Federer hasta el momento en el Abierto de Australia. Números estratosféricos de alguien que, a sus 31 años, sigue batiendo récords en cada partido que disputa. Ayer sumó su victoria número 251 en un Grand Slam y logró por 39 ocasión el acceso a esa ronda, desde que lo consiguió por primera vez en Roland Garros en el 2001. De ellas, las últimas 35 veces han sido consecutivas.

Y ante un tipo así, al canadiense Milos Raonic de poco le sirvió llegar a sacar a 233 kms/h o lograr 19 aces. En 1 hora y 53 minutos Federer le envió a los vestuarios de la Rod Laver Arena con un 6-4, 7-6 (7-4) y 6-2.

El suizo se deshizo de un jugador 10 años más joven y número 15 del mundo, con la facilidad con la que un profesor resuelve un problema ante los ojos atentos de su alumno más aventajado. "Calibro las fuerzas. Es así como afronto los partidos contra estos chicos. No trato de golpear la bola más fuerte o intimidarles, ni si son jóvenes o no, solo trato de ganarles. Es lo único en lo que pienso", dijo.

Federer se muestra feliz. "Si sigo jugando así puedo lograr mi objetivo", valoró el tenista suizo, que aspira a ganar el quinto título en Australia y sumar el 18º Grand Slam. Ha tenido rivales para ponerle a prueba, aunque lo más dificil está por llegar. Mañana le espera Jo-Wilfried Tsonga (finalista del 2008), que ganó al francés Richard Gasquet y en el horizonte aún podría cruzarse con Andy Murray, que también pasó en tres sets ante Gilles Simon (6-3, 6-1, 6-3), o Novak Djokovic, que está sufriendo más para defender el título del año pasado.

En el torneo femenino, Serena Williams, treintañera como el suizo, también camina fuerte en busca del título. Ayer eliminó a Maria Kirilenko (6-2, 6-0). H