Al hilo del lío de Bárcenas y compañía, ni toda relación político-constructor de la precrisis fue fraudulenta, ni antes tan altruista ni ahora tan sospechosa. Al fútbol lo que da el fútbol, que de eso en Córdoba hacemos tesis doctorales y no acabamos: si de esa relación necesaria, la honorable --me refiero--, no se hubiera prescindido aquí tan a la ligera, ahora la ciudad y los perros no andarían tan azuzados en grupos de presión irreconciliables que solo pueden salpicar al futuro de una institución tan clave en el motor de la ilusión colectiva como es el fútbol, en general, y el Córdoba en nuestro particular día a día. Si de la reactivación de contactos en la sombra a varias bandas de los últimos días surge una hoja de ruta, una chispa adecuada o lo que fuere, el sigilo tendrá sentido. Si solo es para avivar el cortoplacismo actual, el futuro pinta peor que para el tesorero popular. Por cierto, tras la marcha de Fernández al Zaragoza hay dinero más que suficiente para fichajes. La afición y el club aguardan respuestas.