La escena no tiene desperdicio. A la izquierda, el escudo del Córdoba cortado por la mitad. Junto a él, reposa un retrato de Juan Carlos I encima de lo que parece una columna romana. A la derecha, de un mástil cuelga una bandera blanquiverde, casi rozando a una pequeña mesita caoba en la que hay una lámpara blanca, un pequeño escudo del Córdoba en un marco a modo de fotografía y tres diminutas esculturas de elefantes, cuyas trompas se elevan hacia arriba. Entre los elementos citados, en el centro de la imagen, aparece el presidente del Córdoba, Carlos González, sentado plácidamente en un amplio sofá, con las manos cruzadas, traje negro, camisa blanca y corbata verde. La pared es blanca, aunque entre el presidente y el rey destaca un fogonazo de luz, originado por uno de los focos que alumbran la escena. Todo ello acompañado con el hilo musical del himno cordobesista de fondo.

EL INICIO DEL 'FILM' La película comienza con una paradoja, pues Carlos González se identifica como "el humilde presidente del Córdoba", cuando previamente ha sido presentado con el siguiente texto: "Este es un mensaje de su excelencia, el presidente del Córdoba CF, para su majestad el Rey". A los cinco segundos el plano cambia. Desaparecen el escudo y el retrato del monarca. La imagen se centra en el empresario canario y los elefantes. Y ahí comienza un sorprendente discurso. "Me dirijo a su Majestad para decirle que sé que últimamente las cosas no han ido demasiado bien por su casa, que entre lo de sus yernos, sus hijas, sus caídas y para colmo los elefantes, no vea". Ahí vuelve el plano general, las caras del presidente y del rey a escasos centímetros, los dos en la intimidad, a modo de confesión.

Porque tras enumerar los supuestos problemas del monarca, González le manda un mensaje optimista. "Quiero decirle algo: no se preocupe, haya pasado lo que haya pasado, me llena de orgullo y satisfacción decirle que su Copa... ¡mola!". Al pronunciar la palabra mola, lo único que se aprecia en la imagen es la cara de González y la bandera cordobesista. A partir de ahí se suceden una serie de momentos del partido copero de la pasada temporada ante el Espanyol, en el que 20.000 personas se dieron cita en El Arcángel. Una voz en off campechana y despreocupada, con un tono que raya la ironía y la comicidad, trata de vender el siguiente encuentro copero. "¡Da igual si eres republicano o monárquico. La Copa del Rey mola. Y el Córdoba CF te necesita para intentar conquistarla. Ven al próximo partido ante la Real Sociedad, el 1 de noviembre a las siete de la tarde en el Nuevo Arcángel!".

El colofón lo pone una nueva aparición de González, otra vez ante las cámaras, para pedirle un favor al Rey. "Su Majestad, abónese al Córdoba, que vamos a subir otra vez a Primera. Hágase califa". Y para empezar ese proceso de fidelización y de paso ahogar alguna pena con el fútbol, decide ofrecerle un regalo. "Le envío esta camiseta para que se anime. Saludos cordiales". En la escena final ya solo se ve a González levantando una camiseta del Córdoba con el nombre de Juan Carlos I, todo en mayúscula. Quizá solo le faltó invitarle al palco.

El actor principal explica los motivos de la creación del vídeo. "Es promocional para el partido de Copa, una simple parodia para que tenga más repercusión", comenta González, que tiene muy claro con qué objetivos lo ha difundido. "Para que la gente acuda al estadio y para darle notoriedad al club. Que se hagan eco en todos los medios, tanto nacionales como locales". El mandatario quiso matizar el tono irónico con el que se ha hecho. "Para nada es irrespetuoso". De hecho, asegura que su grabación fue "divertida".

Desde luego, impacto ha tenido. Anoche varias emisoras de radio nacionales se hacían eco del vídeo, así como diferentes televisiones.