No ha dejado de liderar los grandes premios desde Singapur. Con mano de hierro y un coche portentoso, Sebastian Vettel dominó de principio a fin también la siguiente carrera en Japón, la de Corea, y ayer en la India: cuatro victorias consecutivas. Y aun así -incluso con un abandono de Fernando Alonso en Suzuka- no ha sentenciado el Mundial, no deja de sentir el aliento del asturiano en el cogote. "Hemos dado otro paso, pero no puedo decir que el título está cerca cuando el adversario es Alonso", dijo en el podio tras una conducción impecable, portentosa, sin un solo error, pero comprobando cómo el piloto de Ferrari se las había apañado para deshacerse de los dos McLaren y de Mark Webber para hacerle correr al máximo. Solo la obstinación, el carácter, la tenacidad y el talento de Alonso mantiene vivo un campeonato con claro color azul.

CALIFICAR MEJOR No pide mucho Alonso a su equipo; ni siquiera sueña con un coche tan rápido como el Red Bull. Nada de eso. Está acostumbrado a pelear en inferioridad. La velocidad de un coche se mide en la crono, dicen los ingenieros. Pues bien, en las tres últimas temporadas Red Bull ha conseguido 40 poles y Ferrari, cuatro. ¿Y saben qué? Alonso peleó hasta la última carrera por el Mundial en 2010 y lo sigue haciendo en 2012. No espera un milagro en sus coche, qué va, tan solo precisa un par de décimas de mejora en la crono para calificar mejor.

CARRERON DE ALONSO "Lo más importante era abrir una pequeña brecha en las primeras vueltas y lo logré", certificó el alemán, que, fielmente escoltado por Webber, pudo tirar con aire limpio. Mientras, Alonso tenía que bregar con los McLaren. El asturiano se guardó en la salida toda la potencia del KERS para la contrarrecta, sabiendo que no había espacio para ganar posiciones antes de la primera curva. Era su estrategia y la aplicó con maestría. Adelantó a Button y Hamilton casi de una tacada, aunque tuvo que ser muy cauto en la frenada, porque ambos se pasaron. "No sé qué intentaban hacer, la verdad, ellos sabrán", explicó el español con tono de crítica. "No entiendo por qué, pero no hice una buena salida", se disculpó Hamilton.

El asturiano esquivó a ambos, pero Button le recuperó la posición. Así que tuvo que emplear tres vueltas más en adelantar al inglés. Para entonces, el quinto giro, ya tenía a Vettel seis segundos por delante. Ese tiempo, más los tres segundos que perdió en la lucha por adelantar (vuelta 48) a Webber, sumaron los nueve con los que Vettel cruzó de ventaja la meta.

AVERIA DE WEBBER Claro que para rebasar al australiano contó con la pequeña ventaja de algunos problemas en el KERS del Red Bull por sobrecalentamiento. "Me sentí desmoralizado, porque sin KERS no podía defenderme de Fernando, aunque sí lo pude hacer después de Hamilton", explicó el australiano. "Si hubiéramos podido presionar a Vettel desde el principio, quizá él y no Webber hubiera tenido problemas con el KERS", dijo Alonso, orgulloso de su trabajo, de su consistencia, de haber conducido al máximo durante 60 vueltas. Incluso dio un poco más en los 10 giros finales, cuando el RB8 de Vettel comenzó a producir unos inusuales chispazos en el fondo plano. Pero la avería no era grave, nada que ver con un anclaje de suspensión que hubiera bajado la altura del coche, sino que una pieza de titanio que envuelve a los retrovisores se había desprendido y se había quedado enganchada en el suelo del coche. Sin saber a qué se debía, en Red Bull aconsejaron a Vettel que evitase subir por los pianos.

Solo quedaba saber cómo se resolvían las cosas por detrás, donde Webber se las apañó para defenderse de un rapidísimo Hamilton, aunque fue Jenson Button quien marcó la vuelta rápida en el último giro, por delante de Massa, lo que habla del potencial de McLaren y, por supuesto, del mérito de Alonso.