Marc Márquez (Suter) solo se la jugó en la última curva y en la recta final. No quería arriesgar nada de nada. Tenía suficiente con acabar entre los 14 primeros del Gran Premio de Australia, que se disputó en el trazado de Phillip Island. Y solo peleó por ello. El campeón de Cervera, de 19 años, conquistó su segundo título mundial reprimiéndose en la pista todo lo que pudo y más, todo lo que le exigió desde su muro Emilio Alzamora, su manager, pues muchos de ellos temían que Márquez, que estaba obsesionado con campeonar pero en el podio, corriese peligro en cualquier maniobra por la conquista del 'cajón'. Y, sí, al final, Márquez sumó su podio número 13 y se coronó 'rey' de la categoría.

La carrera arrancó con un Márquez muy decidido al tomar la delantera del pelotón desde la primera curva, llevándose detrás suyo al japonés Takaaki Nakagami (Kalex) y, como no, a Pol Espargaró (Kalex). La consigna era mandar, escapar de los peligros. De forma inmediata, 'Polyccio', que tenía un ritmo endiablado como había demostrado a lo largo de todo el fin de semana, cogió el mando del pelotón y, poco a poco, a ritmo de récord, se escapó, se fue, los dejó a todos a más de 16 segundos. Así logró el menor de los Espargaró su cuarta victoria del año, justo la mitad que Márquez.

Mientras el discípulo de Sito Pons se escapaba, Márquez se colocaba tras el colin del británico Scott Redding (Kalex) sin intención alguna de superarle. Tras ellos, a más de dos segundos, un grupo de nueve pilotos liderados por el piloto local Anthony West (Speed UP), que buscaba coronar una buena temporada delante de los suyos y, sobre todo, gozar de su cuarto de hora de gloria con un podio en casa. Las vueltas fueron pasando sin que cambiase nada. Bueno, sí, que Espargaró se distanciaba aún más de sus perseguidores y que West, tras abandonar la compañía de sus colegas de grupito, se acercó tanto, tanto, a Márquez y Redding, que los superó.

Fue en ese instante, no antes, cuando Alzamora pintó en la pizarra del muro, la que le da consejos u órdenes a Márquez, el letrero esperado: "P4 OK". Y así discurrieron las últimas vueltas de la carrera. 'Polyccio' cruzó la meta con una diferencia escandalosa y, a continuación, debían de cruzarla West, Redding y Márquez. Pero el campeón de Cervera quería campeonar estando en el podio, quería celebrarlo allá arriba, no quería hacer la fiesta en su boxe. Así que Márquez apuró la frenada en la curva de entrada en meta y superó a Redding por el interior en una maniobra que desató los nervios y algún que otro grito en el muro de su equipo. Márquez se aseguró así la tercera plaza pero quería más, mucho más, quería ser segundo y, tras esconderse en la cúpula de su Suter campeona, retorció su muñeca derecha y trató de superar a West en la recta de meta, pero el piloto local aguantó y el ídolo de Cervera tuvo que conformarse, ¡vaya consuelo!, con la tercera plaza.....y su segundo título mundial en dos años.

Espargaró fue, como no, el primero en felicitar a Márquez. "Yo me lo he pasado en grande, he disfrutado mucho, mucho, y he ganado una carrera que merecíamos", dijo 'Polyccio', que añadió: "Felicito de corazón a Marc (Márquez), ha hecho una gran temporada y se merecía el título. Hoy ha sido muy inteligente y ha corrido para confirmar su título". Idéntico discurso tuvo Jorge Lorenzo, lider del Mundial de MotoGP, que acudió al 'corralito' de Moto2, bajo el podio, para estrechar la mano de Márquez, abrazarle y felicitarle. "Ha sido, sin duda, el mejor de Moto2 a lo largo de todo el año y pienso, como así lo hemos hablado ultimamente, que, el año pasado, aprendió mucho, mucho, y aquella experiencia le sirvió para correr hoy con la cabeza y asegurar su segundo cetro. ¡Felicidades!".

El Mundial de Moto2, a falta de una sola carrera, el Gran Premio de Valencia de dentro de quince días en Cheste, tiene ya como campeón y lider absoluto a Marc Márquez, con 299 puntos, seguido de un impresionante Pol Espargaró (260), el italiano Andrea Iannone (188), el suizo Thomas Luthi (177) y el británico Scott Redding (161).