Marc Márquez (Suter) ha desperdiciado la primera posibilidad que tenía de proclamarse nuevo campeón del mundo de Moto2 cuando, marchando en una séptima posición y con su máximo rival, Pol Espargaró (Kalex) en la 12º plaza, perdió el control de su moto, a falta de seis vueltas, sobre una pista mojada tras haberse dado la salida del Gran Premio de Malasia con ligero retraso por culpa de uno de los típicos diluvios malayos. Por suerte para Márquez no se hizo daño en la caíday podrá correr, sin problemas, en Australia.

Márquez, que tenía suficiente con acabar por delante de 'Polyccio', deberá esperar al próximo fin de semana, en Phillip Island (Australia), para poder conquistar el título que lleva dos años persiguiendo. 'Polyccio', que terminó en 11º posición, está ahora a 48 puntos de Márquez, a falta de 50 puntos, y, por tanto, alarga un GP más la disputa del campeonato. El próximo domingo, Márquez deberá de quedar entre los 14 primeros para conquistar el cetro de Moto2, importándole poco que el menor de los Espargaró gane la carrera de Phillip Island.

EL MALEFICIO DE SEPANG

Fue en Sepang (Malasia), precisamente, el pasado año, donde el campeón de Cervera tuvo el accidente en los entrenamientos del viernes que le produjo la lesión de visión en su ojo derecho que le obligó a renunciar al resto de grandes premios y, por tanto, dejar de pelear con el alemán Stefan Bradl por el título de la categoría intermedia. Y ha sido en Malasia, tras el diluvio y la pista mojada, donde Márquez, en un despiste, ha perdido el control de su moto, que se fue de la rueda delantera, y ha tenido que renunciar, momentáneamente, a su sueño.

La carrera, que fue suspendida a falta de dos vueltas al haberse inundado la pista, fue ganada por el sanmariense Alex de Angeles (FTR Honda), seguido del australiano Anthony West (Speed Up) y el británico Gino Rea (Suter).

CURVA DE IZQUIERDA

"Por suerte, no me he hecho daño e iremos a Australia con el convencimiento de que podemos ganar el título, aunque las carreras, como hemos podido comprobar hoy, son siempre inciertas", señaló un sonriente Márquez, cuya desilusión, sin duda, se la guardó para él.

"Iba tranquilo, controlando, pues tenía suficiente ventaja sobre Pol como para no forzar, pero ha empezado a llover más y, pese a que he aumentado mi prudencia, al llegar a una curva de izquierda larga, la dirección se ha cerrado, no me ha avisado y me he caído. La moto se ha parado y no ha habido forma de ponerla en marcha. Habrá que esperar a Phillip Island", ha insistido.