Esta vez no es un templo del fútbol ni un coliseo ni un graderío gigantesco e imponente. Tampoco habrá más de 50.000 personas aclamando ni una gran ciudad a sus espaldas. Esta temporada, el partido del año en Segunda División se disputará en un estadio similar a El Arcángel, cuyos aledaños son unas estrechas calles llenas de edificios que no sobrepasan las tres plantas. No es El Madrigal un estadio mítico, pero la historia más reciente del fútbol español pasa por allí, por su césped, por sus vestuarios. Hace tres décadas, el Villarreal se paseaba por campos de Tercera División. El 26 de abril del 2006 estuvo a un penalti de clasificarse para la final de la Champions League. Falló Riquelme la pena máxima ante el Arsenal y el equipo dirigido por Pellegrini se quedó a las puertas de convertirse en leyenda europea. Siete años después consumó el descenso a la categoría de plata, lo que va a permitir al Córdoba pisar un terreno por el que hace poco desfilaban los grandes de Europa. La última vez que los blanquiverdes se enfrentaron a los castellonenses fue en la 99/00, justo cuando regresaban a la categoría de plata tras el ascenso en Cartagena. Solo coincidieron ese año porque el Villarreal subió.

En la última década, el Córdoba ha tenido la oportunidad de jugar en varios estadios emblemáticos del fútbol español. Uno de ellos, y quizá el de mayor alegría para el cordobesismo, ha sido el Vicente Calderón, de donde salió líder de Segunda en el 2000, merced a un empate a uno. 50.000 personas abarrotaban el estadio. "Bendita presión", recuerda Alfonso Espejo. Un gol de Melgar cuando el partido expiraba permitió a los de Escalante continuar al frente de la categoría de plata. Un año después, el conjunto colchonero tampoco pudo con los blanquiverdes en su propio estadio (0-0).

Pero la visita a estos estadios míticos, que de vez en cuando se dejan caer a la Segunda División, no siempre se le ha dado bien al Córdoba. Del Sánchez Pizjuán se marchó con una derrota en la 00/01; en el Benito Villamarín tampoco logró ganar en Liga, aunque sí apeó a los verdiblancos de la Copa del Rey en dos ocasiones. ambas a domicilio. El torneo copero también le brindó la posibilidad de visitar un campo cinco estrellas, Cornellá--El Prat, donde el pasado enero estuvo a punto de dar la sorpresa ante el Espanyol. Un gol periquito al borde del final impidió a los de Jémez clasificarse para los cuartos de final.

La Rosaleda, que acaba de estrenarse como estadio Champions, tampoco trae buenos recuerdos, ya que en su última visita salió goleado (4-1). La Romareda, otro de los históricos, sí se le ha dado mejor. Obtuvo un meritorio punto en el estreno de la 02/03. Balaídos y Anoeta, cuyos equipos también se llegaron a clasificar para la Liga de Campeones hace unos años, son ya talismanes. Ante el Celta logró clasificarse para las eliminatorias de ascenso hace unos meses, tras el empate a cero. A orillas del Cantábrico consiguió dos permanencias; una virtual; la otra, agónica, gracias a que el Cádiz falló un penalti (ver gráfico).

Riazor ha sido el último estadio con olor a Liga de Campeones por el que el Córdoba ha pasado. Se marchó con un sabor agridulce, pues cuajó un encuentro fantástico, pero no marcó.