La cuadratura del círculo bien podría tratarse de decir una cosa y la contraria y, sin embargo, parecer ambas complementarias y aceptables para todas las opiniones. Este trabalenguas define a la perfección el difícil ejercicio de equilibrismo que practica Rafael Berges, técnico del Córdoba CF, desde que empezó la temporada cuando encara la controvertida cuestión de los objetivos del curso. Un recurrente asunto de ida y vuelta en las últimas semanas que da la sensación, ahora sí, de que comienza a agotarse al ritmo que el equipo marca en el terreno y en la tabla clasificatoria. Y es que no hay polémica en el fútbol que sobreviva a un par de victorias. El 2-0 del sábado ante el Girona ha traído el reposo. Los dos de distancia con los play-off han mejorado también las expectativas. Y eso que el técnico dice que "se prohibe hablar" de ascenso en el vestuario.

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CON LA PRESIÓN DE GANAR SIEMPRE

Rafael Berges cocinó ayer en la tertulia de Canal Sur Radio --"muy a gusto", dijo, frente a un pelotón de informadores-- un caldo de sosiego con ingredientes variopintos. Lo mismo habló de tener "margen de mejora importante" y de formar parte de "un equipo --sirva la redundancia-- importante de esta categoría", que esquivó de forma tajante sumarse ya al objetivo del ascenso marcado por el presidente del club desde el inicio de campaña: "Marcar un objetivo de principio en la Segunda con lo igualada que está es muy complicado", dijo, y añadió que "las exigencias son buenas siempre y cuando sean medibles con raciocinio". Porque Berges insiste a modo de mantra que necesitan tranquilidad y menos presión, que no son los mismos del año pasado y que los nuevos están por ver. No es que eluda imitar el rotundo éxito del pasado ejercicio como meta, sino el permanenteflash-back que provoca. "Yo siempre he dicho lo mismo, el objetivo es ir día a día. No hay otra. Intentar ser competitivos, salir a ganar y al final se verá dónde acabamos", insistió. "Tenemos el equipo que tenemos y hay que sacar el máximo rendimiento. Una vez que se cierran los plazos, tus jugadores son los mejores y esa es la mentalidad", señaló. ¿Pero hay plantilla para pelear por el ascenso o no?, se le cuestionó de nuevo. "Vamos a ver --contestó con una pausa--. Creo que tenemos un buen equipo, pero hay que ir generando confianza, ir de menos a más. Y llegar al tramo definitivo con opciones. Este año es totalmente distinto al pasado porque la mentalidad es totalmente diferente y se esperan cosas que lo único que va a decir si es verdadero o falso es el tiempo. Marcar objetivos a corto plazo, decir 'tenemos que ascender' es muy difícil. Queda muchísimo camino por delante. Que el equipo compita, estemos convencidos de lo que queremos, seamos competitivos cada día y que todo se ponga en una buena ola. Ese es el objetivo. El año pasado las aspiraciones eran otras, el equipo era otro y todo lo que conseguía era positivo. Este año sabía que iba a ser difícil, pero desde el empate en Murcia, que hicimos un partido correcto, desde ese día se ve que las exigencias son otras. Ya no era bueno un punto, y a partir de ahí todo es más exigente y cuando hay muchas expectativas es todo más difícil. Ganar por obligación es muy estresante y muy difícil".

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SOLICITA MÁS MARGEN DE TIEMPO

¿Pero a quién se refiere Rafael Berges cuando habla de exigencias? ¿A los medios? "No, lejos de cuestiones puntuales creo que han reflejado lo que pasa. No pretendo que se diga que el equipo juega bien si no lo hace". ¿A la afición? "Ninguna queja", expuso, pero se preguntó "si sería aceptado aquí o no" jugar como el Elche. Es decir, "con un punta y a la contra". "Es otra forma de jugar y es bonita". Siempre con la recurrente comparación al juego del pasado ejercicio que cautivó al cordobesismo. ¿Acaso, entonces, cuando habló de "terribles" exigencias iba referido al presidente? "Entiendo su papel --aclaró--. Es una persona que se desvive veinticuatro horas por intentar que esto funcione lo mejor posible. Ha habido algún día que ha estado enfadado --por ejemplo, tras el partido en Lugo y se lo mostró cara a cara tras el encuentro--, pero no especialmente negativo. Yo lo veo bien. No es reprochar nada a nadie, pero todo tiene sus cauces, su tiempo de trabajo, la gente es nueva y sé que las comparaciones son inevitables, pero el equipo del año pasado también tenía sus deficiencias". Luego, que cada cual saque sus conclusiones. Pero, sin duda, a Rafael Berges le perturba que no disponga de un mayor margen de actuación.

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TOQUE DE ATENCIÓN A LOS FICHAJES

"Tengo el equipo que tengo y me voy a partir la cara por ellos en cualquier sitio", sostuvo con una mirada convincente. Lo que no fue óbice para decir que "está claro que había jugadores el año pasado que cuando están en otros sitios de superior categoría y en otros sitios importantes es porque habían hecho las cosas bien y eran buenos, entonces son jugadores que no tenemos y hay que intentar que los que han venido rindan al nivel de lo que se les exige". Y es que, según el entrenador del Córdoba, "algunos han venido tarde, descolocados y se tienen que centrar y saber que este club es muy exigente". "Muchísimo más que otros con más nombre --dijo--, más presupuesto y cuyo objetivo es el ascenso sí o sí. Más que el Almería --donde entrenó, precisamente y conoce bien--, que nos triplica en presupuesto. Y esa exigencia es buena, siempre y cuando sea medible con raciocinio. Porque lo peor en el deporte es tener que ganar por obligación y darte cuenta de que a lo mejor no eres capaz de conseguirlo y genera ansiedad, estrés y es cuando la gente rinde por debajo de sus posibilidades. Por eso, los jugadores deben quedar aparte y los focos, para mí". Y advirtió: "Hay gente que ha venido nueva que no ha aparecido y debe hacerlo mucho más. Nos tenemos que poner las pilas". Pero con tiempo y cabeza, reclama.