No es fácil ganar. Menos fácil es perder. Misano hirió a los perseguidores de los tres grandes favoritos a los tres títulos en juego cuando solo restan cinco grandes premios (Aragón, Japón, Malasia, Australia y Valencia), 125 puntos en juego. Los tres líderes ganaron con autoridad pero, al bajar del podio, oyeron algunos comentarios que, si no trataban de cuestionar sus victorias, sí de justificar porque huyen, porque se acrecientan sus ventajas. "Espero que hagan algo. Yo lo doy todo y es imposible que de más". Maverick Viñales, que, en efecto, lo intentó saliendo desde la cuarta fila señalaba a Honda como culpable de su inferioridad ante la poderosa KTM de Sandro Cortese, que ya le supera por 46 puntos. Pero el de Roses dijo más: "Hay pilotos que se comportan de una manera extraña", insinuando que tanto Luis Salom como Alex Rins le hicieron adelantamientos poco correctos. "Tomo nota", dijo Viñales. "Cuando he superado a Marc (Márquez) he apretado para intentar escaparme, pero Marc no se ha despegado y, al final, me ha ganado la batalla. Le felicito por el triunfo, aunque creo que a veces no hace falta ser tan agresivo. Yo siempre intento ser limpio y no siempre los demás pilotos me pagan con la misma moneda", indicó Pol Espargaró tras perder otro mano a mano con el campeón de Cervera. La verdad es que el comportamiento en pista del menor de los Espargaró fue espectacular, tan prodigioso, habilidoso, valiente y agresivo como el de Márquez, pues ambos protagonizaron otra gran última vuelta, digna de dos grandes pilotos. Todo parece indicar que el joven de Granollers seguirá el año próximo en Moto2.

"Ha sido un caos", denunciaba Dani Pedrosa. "Todo ha empezado con la segunda salida, porque el procedimiento no ha sido nada claro. Nadie sabía si se retrasaba un minuto, tres, si se podían poner calentadores o no... Estoy decepcionado".