El ciclista español Alejandro Valverde afronta el Tour de Francia tras tres años sin disputar carreras de tres semanas pero afirma tener un buen estado de forma que le permite fijarse el podio de París como objetivo. "Hace tres años que no tomo la salida del Tour y por eso es una incógnita cómo responderé a una prueba de tres semanas", ha afirmado el murciano, que sin embargo se ve entre los tres mejores en París: "Si todo me sale bien, aspiro al podio".

Valverde aparece como el jefe de filas del equipo Movistar, que cuenta con Juanjo Cobo como alternativa. El murciano es consciente de las dificultades de triunfar en una carrera en la que los especialistas en la lucha contra el cronómetro cuentan con más de cien kilómetros. "No es el recorrido que más me conviene, pero el Tour no son solo dos días, hay muchos kilómetros y puede pasar cualquier cosa. Es incuestionable que (Bradley) Wiggins y (Cadel) Evans son los favoritos, pero tenemos que luchar", ha señalado.

Para contrarrestar esa diferencia, Valverde cuenta con las etapas de montaña. "Son muy duras aunque hay menos llegadas en alto. Veremos la estrategia que vamos a poner en marcha, pero si necesitamos recuperar tiempo, atacaremos", ha dicho.

"Lo echaba de menos"

Valverde asegura estar "en el estado de forma que tenía antes" de la sanción de dos años que le impusieron por su posible implicación en la operación Puerto. No participa en la ronda gala desde el 2008. "Claro que he echado de menos el Tour. Lo he seguido por la televisión y siempre tienes el gusanillo de estar luchando por conseguir etapas o de luchar por el podio", ha explicado.

Valverde es consciente de que, con la ausencia de Alberto Contador, las esperanzas de la afición española recaen en buena medida sobre sus espaldas. "Alberto siempre es favorito en las grandes vueltas y sobre todo en el Tour. Pero creo que el ciclismo español está bien representado en este Tour", ha indicado. Aunque no renuncia a las victorias de etapa (tiene señalado el duro final de este domingo en Seraing), Valverde asegura que no quiere correr riesgos que pongan en peligro su objetivo principal, que pasa por subir al cajón de París.

El líder del Movistar ha centrado buena parte de su preparación en la contrarreloj. "No espero estar al nivel de Wiggins, pero sí de Nibali o Menchov. El objetivo es perder el menor tiempo posible. La primera crono (la novena etapa entre Arc-et-Senans y Besançon) es más exigente, mejor para mí", ha anunciado.