--¿Es su mejor victoria?

--Es la que más valoro y posiblemente la más dura y difícil, porque todo el mundo sabía las dificultades físicas que teníamos con Ndong, con Navarro y con Lorbek a última hora y frente a un equipazo. Por eso, acabar ganando ha tenido un componente de alegría muy especial para nosotros.

--El Barça remontó la serie en pista contraria y un equipo renqueante. ¿Lo calificamos de milagro?

--No fue un milagro ni hubo inspiración divina. Lo hicimos nosotros. Nos costó mucho y nos salió todo muy bien, y me siento orgulloso y feliz y muy agradecido por la reacción de los jugadores. Por cómo fueron capaces de creer y de crecer ante las limitaciones y cambiar la serie a nivel anímico y táctico. Llegamos a la final en una situación en la que pensabamos que era difícil ser competitivos y lo fuimos.

--Usted explicó que tras perder en Madrid el tercer partido, vivió las 48 peores hora de su vida y apenas durmió. ¿Tan duro fue?

--Le di muchas vueltas. Muchas. Dormí poco. Si eres entrenador y pierdes de 26 un partido, te sientes dolido y si además eres culé y es ante tu gran enemigo, aún más. Pero rápidamente nos pusimos a visualizar un camino para cambiar la situación. Durante el año siempre preparas cosas como las defensas en zona. Pero la parte más importante es la ejecución. Si los jugadores no lo hacen bien, da lo mismo lo que prepares.

--Cambiaron todos los pronósticos, Nadie apostaba por el Barça.

--Es francamente curioso. El triunfo del Barça en esta final es una lección más del deporte, una más de las que recibimos año tras año. Cuando empezó a jugarse la Liga de Campeones de fútbol todo el mundo hablaba de una final entre Barça y Madrid. Y ninguno de ellos llegó. O la eliminación de Bolt en el último Mundial. Es ese aspecto imprevisible que tiene el deporte y esta final es solo otro ejemplo.

--Eso revaloriza también intangibles como el carácter y el corazón que, a veces, no se tienen en cuenta.

--Nosotros no hemos perdido estos valores, que son los que nos han llevado a jugar todas las finales este año, no lo olvidemos. Las hemos jugado todas. Y hemos estado siempre ahí, aunque cuando llegaron los momentos importantes siempre llegaron las lesiones.

--Han habido algunas decepciones como las de Eidson, Ingles o Wallace, aunque este último dio la cara en la final.

--Sabíamos que había un riesgo importante al cambiar el pasado verano a jugadores del peso específico de Basile, Lakovic, Morris o Ricky. Todo eso necesita tiempo y en un club grande como este aún es más complicado.