A principios del mes que finalizó ayer, Paco Jémez se quejó de un calendario que obligaba a jugar seis partidos en 30 días. "Perjudica a todos, pero sobre todo a las plantillas más justitas; los clubs que tienen un grupo más amplio salen claramente beneficiados", comentó el técnico blanquiverde, que ha exprimido a los suyos al extremo, intentando repartir al máximo los minutos de competición sin que los cordobesistas bajen el pistón lo más mínimo. De ahí que en el último encuentro de la Liga Jémez aproveche la facilidad del viaje para decidirse en el último momento, tal y como explicó este periódico ayer. El de Fátima es consciente de que hombres clave de su equipo llegan al final de la competición regular con más de 3.000 minutos de competición, sin contar la participación copera. Incluyendo la misma, algunos futbolistas han jugado el equivalente a una horquilla que oscila entre 36 y 38 encuentros oficiales.

La irrupción de hombres como Fede Vico, la entrada en el equipo en esta recta final de Pepe Díaz o la recuperación de Carlos Caballero o Cerra pueden dar algo de oxígeno a un equipo que tiene el domingo un compromiso en Vigo del que Jémez ya ha insistido en que no se fía, por más que sea centro de atención de radios y de cadenas de TV a nivel nacional.

Mientras, el capítulo con leves tintes demagógicos abierto por el técnico del Valladolid, Miroslav Djukic hace una semana, señalando al Celta y metiendo al Córdoba en su cruzada, pareció tener punto final ayer después de la cumplida respuesta que dio Jémez. El serbio acusó al Celta de primar a los rivales de los pucelanos y aseveró que el Córdoba viajaría a Balaídos con su segundo equipo. El técnico blanquiverde le respondió con contundencia y ayer Djukic intentó recular. Si hace unos días aseveraba que ante el Guadalajara sacaría un equipo de suplentes, pensando ya en el play off , ayer se limitó a manifestar que sacaría "un equipo de garantías". Ni más ni menos que lo que hará su homónimo en el banquillo blanquiverde en Balaídos. No quiso contestar el serbio a Jémez, ya que "yo no le he nombrado", pero sí recordó su etapa de compañero suyo en el Deportivo, por lo que le señaló como "un buen chico".

Dentro de ese equipo de garantías que sopesa el preparador blanquiverde alinear en Balaídos estarían algunas inclusiones de hombres con algunos menos minutos pero que han demostrado mantener el nivel competitivo del equipo a lo largo de toda la Liga. De esta manera, futbolistas como Gaspar, Borja, López Silva y otros podrían no saltar en el once inicial de Balaídos mirando de reojo al próximo miércoles o jueves, cuando se dirimirán los encuentros de ida de la primera eliminatoria de ascenso a Primera División.

JUGADORES APERCIBIDOS / La sección de ayer estuvo marcada por el buen ambiente que vive el equipo, alejado de cualquier tipo de polémica que se intenta introducir desde partes interesadas del exterior. Javi Hervás, repuesto del susto del miércoles, participó en la primera parte del entrenamiento, aunque se retiró posteriormente. Además de las cábalas en cuanto a minutos de juego disputados también se encuentra el problema de los hombres apercibidos de sanción. Jugadores clave como Gaspar o Alberto García se encuentran al borde de la suspensión, además de Pepe Díaz y Charles.

CASI TODOS / Por ello, la expedición blanquiverde será aún más amplia de lo que se podía adivinar el miércoles. De hecho, si en un principio las plazas a ocupar en el chárter que saldrá del aeropuerto de Córdoba sobrepasaban en poco la treintena, ayer fuentes del club reconocían que se llegaría a las 40. Lógicamente, el de Fátima no quiere dejar el más mínimo resquicio a un posible contratiempo y sopesará la lista de 18 elegidos para el encuentro de Balaídos hasta unos minutos antes del comienzo del mismo. La prioridad será, también mirando a la continuidad en la competición a mitad de semana, el estado físico de todos y cada uno de los componentes del plantel blanquiverde. El sentir y la confianza general es que aún quedará Liga después de Vigo por lo que Paco Jémez desea un equipo entero sobre el césped de Balaídos. Y en el avión.