Uno de los casos más sonados ocurrió en el Mundial de España 82, cuando Austria aceptó una derrota ante Alemania que clasificaba a ambas para la siguiente fase. El choque se disputó en Gijón y el periódico 'El Comercio' publicó la crónica en la sección de sucesos: "Cuarenta mil personas, presuntamente estafadas en El Molinón por veintiséis súbditos alemanes y austriacos". Incluso Beckenbauer reconoció que había sido "una jornada fea". El seleccionador de Argelia, Mahiedine Khalef, principal damnificado, tildó el encuentro de "deprimente".