Tarda más de la cuenta en despertarse porque ni tiene que entrenar ni puede sacar a su perro si no quiere que ambos acaben derretidos --"con este calor no hay quien lo saque"--. Por eso López Garai no sale de la cama hasta las once de la mañana. Es su día de descanso pero difícilmente puede desconectar. Su pasado vigués le hace estar en primera línea. "Me llaman de todos lados; parece que yo tengo la llave de todo, y nada más lejos de la realidad".

Ha vivido Garai mucho fútbol. Por eso no le sorprende todo lo que se pueda hablar del supuesto pacto entre el Celta y el Córdoba para lograr un empate que a los dos les sirve. "Es lógico, son especulaciones, pero todos los equipos hemos tenido 41 partidos para hacer nuestras cosas y ahora que nadie piense que va a arreglar el año o a estropearlo en un partido".

El ex del Celta es consciente de que el del domingo no será un partido normal. "No tienes la angustia de que necesitas ganar, vas con cierta tranquilidad, pero tampoco te puedes dormir porque en cualquier momento te hacen un gol y te fastidian".

Garai, como todos sus compañeros, obvian los mensajes que les puedan llegar desde fuera. "Para nosotros es indiferente, es normal que se especule. El que habla es porque no depende de él. Buscan desestabilizar a los demás y que otros hagan el trabajo que ellos no han podido hacer".

Ha sido una temporada muy larga en la que el centrocampista se ha erigido como uno de los líderes del vestuario. Solo Alberto García, Borja y López Silva han jugado más tiempo que él. 3.041 minutos repartidos en 38 encuentros. Y pese a que el año ha sido excepcional, ha habido momentos de "tensión", sobre todo hace unas semanas, cuando el equipo no brilló tanto como acostumbraba. "Llevábamos un montón de partidos ganados, y esa presión de ir ganando tanto desgasta mucho. Esa presión es complicado de llevar; hemos tenido un desgaste muy grande en estos quince días y cuesta aguantarla". Pero el mensaje es claro. "No tenemos que presionarnos ni volvernos locos, sino preparar bien el choque de Vigo".

Muchos jóvenes están aprendiendo de él. "Les digo que estén tranquilos, que disfruten, que están viviendo con 20 años un momento que mucha gente no vive nunca, que vean lo importante que es hacer feliz a una ciudad, y más si es la suya, como es el caso de muchos".

El mismo tiene un sueño: "Jugar en Primera División". Cada vez lo tiene más cerca, después de tantos kilómetros recorridos. "Ahora ya es más de corazón que de gasolina porque todo el mundo llega muy cansado". Pero ni en el final su depósito parece vaciarse.