Rafael Nadal es el rey de la tierra. Sobre esa superficie, ni el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, puede con él. El campeonísimo mallorquín lo ha demostrado de nuevo en la final del torneo de Roma, en la que se ha impuesto en dos sets, 7-5 y 6-3, en dos horas y 20 minutos de partido. Con esa victoria, el tenista manacorense se ha asegurado volver al número 2 de la clasificación mundial, superando al suizo Roger Federer, a una semana del inicio de Roland Garros, el único Grand Slam sobre tierra, que Nadal pretende ganar por séptima vez.

En Roma no ha sido la séptima, pero sí la sexta, la victoria conseguida por Nadal, que esta temporada ya venía de ganar por octava vez en Montecarlo (de nuevo ante Djokovic) y por séptima vez en el Open Banc Sabadell de Barcelona (David Ferrer).La victoria de hoy en Roma (la final fue aplazada ayer por la lluvia) supone el Masters 1.000 número 21 ganado por Nadal, superando así el empate a 20 que mantenía con Federer. Además, el nuevo éxito acredita la superioridad del tenista balear sobre la arcilla roja, en la que este año no ha cedido ni un set en 15 partidos. Solo la tierra azul de Madrid se le atragantó, cayendo en octavos de final ante Fernando Verdasco.

La victoria de Roma supone, además, el 49º torneo ganado por Nadal, de los cuales 35 han sido en tierra batida, superficie en la que Djokovic solo ha sido capaz de ganar dos veces a Nadal, por 13 derrotas cosechadas. Entre el año pasado y este, el serbio había encadenado siete finales seguidas ganadas al español, pero la racha ya se truncó el mes pasado en Montecarlo y, hoy en Roma, se ha reafirmado la superioridad de Nadal sobre la arcilla. La final de hoy, muy igualada al principio, se ha decidido principalmente cuando una bola dudosa, cantada mala a Djokovic, ha descentrado al serbio cuando estaba a dos puntos de poder ganar la primera manga. Nole ha roto una raqueta y ha cometido errores que le han costado el primer set y comenzar 2-0 abajo el segundo, una desventaja que el sólido juego de Nadal le ha impedido enjugar.