Sin ningún complejo saltará el Chelsea hoy al césped del Allianz Arena, acostumbrado como está a gestionar partidos desde un plano de teórica inferioridad. Visita esta noche el fortín del Bayern de Múnich con "el espíritu de Barcelona", expresado ayer por Frank Lampard, dispuesto a combatir las adversidades (las bajas y la condición de local del Bayern) con las que afronta la segunda final de la Champions de su historia. Tampoco tiene ningún complejo el Bayern, que está donde deseaba: en la cita más codiciada del fútbol europeo y jugando en casa. Europa busca hoy al sucesor del Barça entre dos equipos que no partían en el primer nivel de favoritos.

Pero los dos se ganaron, con más o menos méritos en campo ajeno, la clasificación y el privilegio de alzar la corona que ha exhibido con tanta brillantez el Barça con su fútbol. El Bayern persigue su quinta corona en la novena final que disputa. Logró las tres primeras de un tirón (1974, 75 y 76) y tuvo que esperar 15 años (2001) para sumar la cuarta. Ante los viejos héroes (Maier, Beckenbauer, Breitner, Hoeness, Müller...) no pueden permitirse otra decepción como la del 2009 en el Bernabéu frente al Inter. Y mucho menos en el Allianz Arena. "No seremos una generación de oro sin una Champions", asumió el capitán Philipp Lahm.

"No comparto la euforia con que se viene diciendo que el Bayern es favorito. Jugar en casa es una pequeña ventaja, nada más", dijo ayer Jupp Heynckes, el técnico del cuadro germano con el rostro sombrío ante la gigantesca depresión que provocaría una derrota. Tan gigantesca como la frustración que sentiría Roman Abramovich.

El multimillonario ruso, que lleva invirtiendo cientos de millones desde hace 10 años con el deseo de estar donde hoy se sentará, anda ya cansado de firmar talones en una inversión que le ha resultado ruinosa. Es, apenas, la segunda final del Chelsea, que desperdició la primera en casa de Abramovich, en Moscú, frente al Manchester United por penaltis. Entonces, el entrenador fue Avram Grant, el sustituto de José Mourinho. Esta noche, Roberto di Matteo ocupa el lugar de André Villas-Boas y será quien intente dirigir a la vieja guardia que disfruta de su, virtualmente, última oportunidad. Cech, Cole, Terry, Lampard y Drogba frisan o superan la treintena.

SITUACION LIMITE Esa misma sensación invade a algunos jugadores del Bayern, como a Franck Ribéry. "A mis 29 años no jugaré este partido cada temporada. Tenemos que darlo todo, y si luego morimos, ya se verá", dijo el extremo francés. Arjen Robben se siente muy maleado ya por las decepciones.

Los durísimos enfrentamientos que superaron Bayern y Chelsea ante el Madrid y el Barça se dejarán sentir con siete sancionados. Tres bajas sufre el once alemán (Luiz Gustavo, Badstuber y Alaba) y cuatro el conjunto inglés: Terry, Ivanovic, Meireles y Ramires. Di Matteo ha podido recuperar a David Luiz y Cahill para el eje de la defensa y mantendrá a Mata de titular. Torres seguirá en el banquillo.