Seis segundos, tan solo seis, los primeros tras apagarse los semáforos, dibujaron lo que resultó un mano a mano bestial, un duelo trepidante, de la primera vuelta a la última. Nada más ver emparejarse a Pastor Maldonado y Fernando Alonso antes de la primera curva, rueda contra rueda, Montmeló se puso en pie para rugir y se sentó para disfrutar de una gran carrera. Una batalla así se decide por detalles, por una estrategia que premió a quien más lo buscó, a quien más arriesgó, puede que porque en Williams pensaban en una victoria que se les resistía desde hace ocho años o porque en Ferrari tenían la mirada puesta en la carrera de fondo por el título.

Soñó toda la noche Maldonado con la victoria. Sabía bien que esta temporada en la que cada carrera encumbra a un equipo no repartirá muchas ocasiones como la de ayer. Intuía que Alonso saldría mejor. Y así fue. "Me quedé patinando y vi a su carro emparejado al mío". Y durante un instante parecía que ninguno iba a ceder, pero Alonso, el mejor especialista en la suerte de las arrancadas, iba por dentro y ganó el pulso. "Fue una lucha muy intensa, pero muy limpia", recalcó el de Ferrari.

ALONSO, LIDER Alonso tomó el mando y Maldonado no se volvió loco, le siguió a una distancia de algo más de un segundo. Su coche quizá podría haberle permitido hostigar al Ferrari, pero no adelantarle y de esa lucha podrían haberse beneficiado Raikkonen y Grosjean, que acechaban por detrás. "Lotus tiene el mejor ritmo", aseguraban Xevi Pujolart, el ingeniero catalán de Maldonado, y Andrea Stella (el de Alonso) antes de la carrera. Tenían razón. Pero hay datos que no figuran en los ordenadores, hay variables que los sesudos cálculos no contemplan: la magia de Alonso en Montmeló, o la ilusión de un venezolano de 27 años por alcanzar su primera victoria en F-1.

El primer cambio de ruedas no trajo cambios en las posiciones y tampoco en el equilibrio de fuerzas, porque el Williams y el Ferrari mantenían su pulso también con los neumáticos duros. Llegaba el momento de pensar. "Ganará el que más ágil esté con la estrategia", vaticinó el técnico de Maldonado. Y arriesgó para ver a su chico en lo más alto del podio. Le hizo entrar un par de vueltas antes de lo previsto. "Arriesgamos y nos salió bien", dijo Maldonado, sabiendo que se jugaban llegar a las dos últimas vueltas casi sin ruedas. Pero Ferrari reaccionó mal. Alonso tenía un segundo de ventaja cuando Maldonado entró en boxes y los italianos cambian ruedas este año entre cuatro y ocho décimas más rápidos que Williams. Tenían una oportunidad aún de mantener a Alonso líder, si entraba en la vuelta siguiente.

ERROR DE FERRARI Pero no lo hicieron. Siguieron con su programa, pensando más en protegerse de la progresión de Kimi Raikkonen, mirando mas al Mundial: Vettel, el líder, era sancionado con un paso por la calle de boxes por adelantar con bandera amarilla; Webber había hecho una parada extra en boxes a cambiar un alerón; Hamilton buscaba las migajas de los últimos puntos tras salir último y Button (acabó trás su compañero) seguía peleándose con los reglajes de su McLaren.

Y la segunda vuelta de Alonso en pista tras el cambio de Maldonado resultó fatal. El venezolano volaba con los neumáticos nuevos, y el asturiano se desesperaba para doblar a Pic. Así que el Ferrari volvió a pista por detrás del Williams. "Si hubiéramos parado en la vuelta siguiente a Maldonado, quizá hubiéramos mantenido la primera posición", reconoció Alonso.