"Aparte de cualquier análisis de futuro, lo que tenemos que hacer es, los que trabajamos en el club, seguir creando un ambiente perfecto para que los jugadores sigan trabajando así de duro y, luego, que vosotros --la prensa-- y los aficionados ensalcen su trabajo y disfruten de él". Juan Carlos Mandía hablaba en la sala de prensa del Rico Pérez tras el triunfo pírrico ante el Córdoba el pasado 30 de octubre. No corrían buenos vientos para él ni tan siquiera tras haber logrado 25 puntos de los primeros 30 disputados en Liga. Liderato relativamente tranquilo, la prensa alicantina viéndolo azul oscuro casi negro y los aficionados con leves pitos durante algunas fases del partido. En las siguientes 10 jornadas (de la 11 a la 20) el Hércules solo obtuvo 11 puntos, lo que disparó las alarmas. Y las 10 últimas (21 a la 31, la 30 se disputa en mayo), 15 puntos, han provocado los primeros gritos pidiendo dimisiones. Algún jugador ha salido a la palestra defendiendo al técnico y señalando el duelo del domingo como "una final". Para colmo, en las cuentas del club se refleja una deuda con el Real Unión de Irún (más de un millón de euros) por un supuesto fichaje. Las ramificaciones de la operación Brugal continúan deparando datos preocupantes para el club alicantino. El domingo le espera en El Arcángel uno de los equipos más en forma de la Liga. La tensión herculana, tras llegar a su punto álgido, puede terminar por explotar.