Este Lucena puede presumir de muchas cosas. De gestores, de cuerpo técnico, de plantilla... y de afición. Los seguidores celestes han demostrado durante toda la temporada que son una parte activa, no meros espectadores del partido. Y, sobre todo, que saben elegir los momentos adecuados para dar ese extra que a veces resulta vital para el desenlace de los encuentros.

Ayer, cuando su equipo se quedó con un jugador menos por la expulsión de Curro Vacas, enfatizó su apoyo al equipo y cargó contra el árbitro, el ceutí Arias Madrid, que no ha sido el único que ha sentido la presión de la grada del Ciudad de Lucena en esta campaña. Eran los momentos más complicados de los celestes y, a pesar del 1-0, todo estaba en el aire.

Pero, cuando los de Rafael Carrillo sentenciaron el choque, los lucentinos supieron disfrutar con cada acción, con olés y aplausos que acompañaban cada pase, y despidieron a sus futbolistas con una emocionante ovación, el maravilloso epílogo de un triunfo grande.

Quedan solo tres partidos en casa. Suficientes para dejar sellada la clasificación para la fase de ascenso. El Ciudad de Lucena será fundamental.