El regreso de Kimi Raikkonen a la parrilla tras dos años distrayéndose en los ralis ha reabierto una vieja herida que Ferrari estableció entre el finlandés y Fernando Alonso. Aceman aún tenía un año más de contrato cuando, en el 2010, la Scuderia decidió rescindir su contrato por un evidente bajo rendimiento para dar entrada al asturiano. "Yo nunca planeé dejar este deporte. Tenía un contrato hasta el 2010", aseguró a su llegada a Melbourne.

Kimi tendrá que dejar su afición a los rallis, porque tras el accidente de Robert Kubica todas las escuderías prohiben expresamente a sus pilotos este tipo de actividad. "Lo de Robert ha sido una auténica pena", admite Raikkonen, empeñado en demostrar en Lotus que Ferrari se equivocó al despedirle. kimi dejó claro que no partió de él dejar Ferrari, ni la F-1. Fue una decisión de Luca di Montezemolo, una decisión polémica que ha dejado una herida sin cicatrizar. Raikkonen miraba al cielo sin prestar mucha atención cuando Domenicali se curzó con él en el paddock del circuito de Albert Park.

Petrov se defiende

Y Vitaly Petrov echó más leña al fuego, harto de que la prensa italiana le recriminara, una y otra vez, que sus petrorrublos dejaron fuera de la F-1 a Jarno Trulli en una parrilla huérfana de italianos, algo que no sucedía desde 1970. El diario italiano La Stampa recogía ayer el cabreo del ruso: "No veo diferencias entre mi situación y la de Alonso. Todos sabemos que está apoyado por el dinero del Santander. De todos modos, solo llegas a la F-1 por tu talento".

El piloto de Vyborg no lamenta la partida de Trulli y critica las categorías del automovilismo existentes en Italia. "La vida es dura", comentó en referencia al piloto italiano. "Vuestros pilotos pierden la pasión", dice respecto a las jóvenes promesas del motorsport italiano. En ese sentido, el propio Domenicali afirma que es "una pena" que no haya pilotos italianos en la parrilla y por eso están "potenciando la Ferrari Academy", para que los jóvenes puedan formarse y tener una oportunidad.

Fernando Alonso se queda sin amigos en el paddock, porque era frecuente verle charlando o preparando timbas de póquer junto a los que casi siempre enumeró al preguntarle por sus mejores colegas: Kubica, Fisichella y Trulli. Para envidia de casi todos, el asturiano tiene contrato hasta el 2016 con Ferrari y sonríe cuando se le preguntan si se considera un piloto de pago gracias al apoyo del Banco de Santander. "¿De pago? Nunca pagaría por correr en la F-1, pero estoy muy contento con el apoyo del Santander, y si es en Ferrari, mejor que mejor".