A nosotros nos habían hablado tanto del frío, nos lo habían pintado tan negro, que llevabamos buena ropa de abrigo y no pasamos mucho frío. Eso sí, empezamos a calentar dentro del vestuario. El aire era lo que más nos molestaba, de vez en cuando soplaba y sí era muy molesto. Había una zona del campo a la que no le daba el sol y estaba helada.

Estaba en muy malas condiciones. Nuestros jugadores lo pasaron mal, se resbalaban continuamente y cada vez que les encaraban eran carne de cañón. Los futbolistas del Numancia, sin embargo, no se resbalaba apenas; estarán acostumbrados y lo entrenarán porque aguantaban bien, salvo Cedric. Pero a pesar de todo, no fueron muy superiores. El primer tiempo fue muy igualado y solo se desequilibró por un fallo defensivo nuestro. Tuvimos ocasiones cercanas a la portería, pero no nos manteníamos en pie, sobre todo al defender.

No podíamos esprintar

Al día siguiente me reuní con mis jugadores para echarles la bronca porque pensé que habían bajado los brazos, pero se sinceraron y me dijeron que no esprintaban por miedo, que no sabían qué hacer, si mantener las distancias, si ir al por el jugador... Recuerdo a nuestro lateral derecho todas las veces por el suelo; ahí hay que tener cuidado.

Que controlen bien el tema de los tacos. Nosotros fuimos con multitacos, pero aún así hubo resbalones. El portero se cayó varias veces al sacar y optó por ponerse zapatillas de paseo y fue cuando menos se resbaló; otros usaron las de fútbol sala. Con el multitaco se resbalaban, pero con el taco corto para césped artificial era aún peor. Hubo trompazos y alguno se pudo hacer daño. Nuestro extremo Roldán me decía que se desequilibraba al centrar, y los centrales que estaban muy condicionados.

Elección en el sorteo

En mi humilde opinión, apostaría por que defendieran primero la zona helada. Nosotros lo hicimos al revés y fue peor. Porque si aguantas el primer tiempo igualado, luego tienes más posiblidades en ataque. Nuestro portero nos dijo que eligiéramos atacar en la zona mala en la segunda parte porque pensaba que estaría mejor al pisarse mucho... pero no fue así.