En las salas de prensa, incluso en las que se llenan después de un partido, también se compite. Alcaraz reconoció fuera de micrófono que el encuentro de Almería hubiera sido muy distinto con Javi Hervás sobre el césped. Luego, lógicamente, alabó a su equipo e, indirectamente, también al rival. Pero la historia de este Córdoba no es ni más ni menos, vista desde el exterior, que la de otros conjuntos que no estaban llamados a nada llamativo. El Xerez de la 2008/09 estuvo escuchando en el verano que descendería, en la jornada 16 que era la sorpresa. A partir de la primera vuelta desaparecieron los halagos. Se convirtió en enemigo claro para los de arriba y, contra pronóstico terminó en Primera. Y si fue candidato a algo era al descenso. Candidatos son todos y cada uno de los rivales que anteceden al Córdoba a día de hoy. Porque ellos sí están obligados a estar en ese puesto, como mínimo. En caso contrario, afición, prensa y, sobre todo consejo de administración, mirarán a cada banquillo y vestuario respectivos. Y girando la vista al otro lado, el blanquiverde es el único que inquieta a cinco de los seis que están en esos puestos en los que deben estar. En caso contrario, la distancia del Hércules con el Alcorcón, por ejemplo, sería de siete puntos. Demasiado cómodo. Y mientras tanto, el Córdoba, a lo suyo. Jémez, precisamente en sala de prensa, no hizo mal en reseñar que el equipo está "a 20 puntos del descenso", recordando los inicios de este equipo, del que muchos han alabado su juego pero que también comentaban que "más tarde o más temprano bajará el pistón", tal y como aquel Xerez y tantos y tantos equipos en parecidas circunstancias. Los datos reflejan que este equipo de Jémez está encareciendo los puestos de ascenso, algo que perjudica, precisamente, a esos candidatos previos. ¿Qué más da como denominen al Córdoba? Mientras tanto, discreción.