"¡Quiero que lo pongas todo en el acta! ¡Escribe todo lo que ha pasado y lo que has visto! ¡Fíjate lo que me ha hecho!". Las palabras, entre la desesperación y la indignación, con el llanto contenido en la garganta, las pronunció Charles Dias en la puerta del vestuario de Pedro Sureda Cuenca, en El Arcángel, el pasado domingo. El brasileño acababa de recibir el diagnóstico de Javier Bejarano, jefe de los servicios médicos del Córdoba y que ayer asistió a la tertulia de los lunes del programa Ser Deportivos de la Cadena Ser. "Encima, Albacar le decía en el campo que se levantara, que ni le había tocado", contaba en los micrófonos el galeno, que mientras que el futbolista estaba en la ducha recibió el diagnóstico previo en el que Bejarano le advertía que tenía fracturada la mandíbula. El jugador explotó y se fue hacia la puerta del vestuario del colegiado reclamándole que no dejara detalle sin relatar en el acta, documento que es al que se atiene el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a la hora de imponer medidas disciplinarias.

El ex árbitro Antonio Flores explicó en estas páginas que no sería sorprendente, en función del artículo que aplique el Comité, que a Albacar le caigan entre cuatro y 16 partidos. El agresor envió un SMS el domingo por la tarde al jugador cordobesista en el que le pedía disculpas y le aseguraba que no fue su intención hacerle daño. Charles prefirió no responder.

No fue el único damnificado de la batalla planteada por los franjiverdes. "Patiño llegó al descanso en el vestuario y no sabía cómo iba el resultado. De hecho, no recordaba el camino hasta la caseta", relataba ayer Bejarano, que valoraba que el cambio del madrileño tuvo mucho que ver con su situación física. "Tuvo una amnesia lacunar y decía sentirse raro", explicaba el médico blanquiverde.

En el club se valoró durante el día de ayer ampliar el informe aportado por Bejarano a Sureda y presentar denuncia contra Edu Albacar. A media tarde, José Sepulcre, presidente del Elche, llamó a su homónimo blanquiverde. Le pidió disculpas por la actitud general de su equipo sobre el césped de El Arcángel y, principalmente, por la agresión de Edu Albacar, a la que no encontró excusa ni disculpa. Era rechazable en todos los sentidos y así se lo hizo saber Sepulcre a González. No quedó ahí la cosa. También confesó a González que no encontraba explicación a las palabras de su entrenador, José Bordalás, al término del encuentro y, aunque entendía que el Córdoba quisiera acudir al Comité de Competición, solicitó a González que fuera este quien dictaminara con los elementos habidos en el acta. González, sabedor de la manera displicente en la que actúan casi todos los comités, que se atienen solo a lo enviado por el juez de la contienda, y aconsejado por los juristas del club prefirió dejar el asunto tal y como está. Será Competición quien dictamine cuántos partidos le caerán a Albacar, para el que no hay ni olvido ni perdón, aunque tampoco tendrá acusación particular .