El Real Madrid consiguió una clara victoria en Fuenlabrada, en donde se puso arriba en el marcador desde el principio, y en el que aunque los locales intentaron reaccionar, poco pudieron hacer ante el acierto blanco, aunque solo consiguió estirar el marcador en el último cuarto.

El Real Madrid comenzó con fuerza el encuentro. Sabedor de que el Fernando Martín no es una cancha amiga y que el Fuenlabrada es un equipo que se vuelve correoso según pasan los minutos y cuenta con posibilidades para conseguir la victoria, quiso poner distancias en el marcador desde los primeros segundos del cuarto inicial.

Y lo consiguió con ataques rápidos y acertados, y mucho movimiento en su defensa que no permitió la anotación local. La consecuencia fue un parcial de 2-10 los tres primeros minutos.

A partir de ahí, los blancos jugaron con más facilidad,con un marcador que siempre les benefició, y que nunca fue inferior a los dos puntos, mientras que los locales a contracorriente les costó hacer el juego del que están habituados.

Desde el banquillo local, Porfirio Fisac lo intentó todo, aunque no pudo contar con uno de sus mejores efectivos. Penney llegó al pabellón con un proceso vírico y pronto se fue para casa, y los que habitualmente aportan mucho apenas pudieron hacer nada, caso de Quino Colom o Saúl Blanco.

Entre los blancos destacaron Carrol, Llull y Singler, los hombres que lanzan desde la media distancia. Al final victoria visitante por 22 puntos, que le sirve a los blancos para resarcirse de su derrota en la Euroliga.