Contra un equipo que viste de amarillo, el Barça era difícil romper el gafe. Las cinco veces que el Madrid había jugado antes que el Barça, los blancos habían ganado y los azulgranas habían pinchado. Pero el Barça volvió a demostrar que fuera de casa, donde ya se ha dejado más puntos (13) que en toda la temporada pasada, este año no carbura.

"Los fichajes nuestros están hoy en el banquillo", señalaba Andoni Zubizarreta en el descanso en referencia a Tello, Jonathan dos Santos y Sergi Roberto, los tres jugadores del filial que había convocado. Cuenca, que tendrá ficha del primer equipo después de su flamante renovación hasta el 2015, les acompañaba en el banquillo.

A un cuarto de hora para el final, Guardiola decidió redoblar su apuesta ofensiva. Sustituyó a Xavi por Thiago y a Adriano por Cristian Tello, otro de los prodigios de una Masia que no para de producir. El velocísimo extremo ya se había estrenado en partido oficial. En la primera oportunidad que tuvo no lo dudó. Encaró con descaro, desbordó a Angel, llegó hasta la línea de fondo y cedió atrás para Cesc, que mandó su disparo al travesaño. A punto estuvo aún el joven canterano de aprovechar el rechace y batir a Diego López. Repitió una y otra vez, pero no fue suficiente.