La selección española de balonmano certificó su clasificación para la segunda ronda del Europeo de Serbia, tras imponerse por 30-27 a Rusia, en un encuentro en el que a punto estuvo de complicarse con una discreta segunda parte el triunfo que parecía casi seguro tras un magnífico primer tiempo.

Dispuesto a solventar los problemas ofensivos, que tantos disgustos le costaron ante Hungría, el seleccionador español apostó de inicio por una primera línea de jugones, con Sarmiento en la posición de central y Gurbindo y Raúl Entrerríos en los laterales. Aunque curiosamente los dos primeros goles en juego del equipo español llegaron con dos latigazos de Raúl Entrerríos, que pareció dispuesto a despejar la numerosas dudas que el encuentro con los magiares había dejado sobre la capacidad de lanzamiento exterior del combinado español. Sin embargo, los problemas de España no llegaron en esta ocasión del ataque, sino de la hasta ayer infalible defensa.