El Espanyol está acostumbrando a su afición a partidos cardiacos y esta noche, en la ida cuartos de final de la Copa del Rey, dio la vuelta a un 0-2 ante el Mirandés con tres goles en los seis minutos finales gracias a Weiss, Rui Fonte y Verdú. El conjunto burgalés, de Segunda División B, supo aguantar bien el partido y jugó sin complejos a los catalanes. El partido era de los locales hasta que dos errores graves facilitaron sus tantos, primero de Arroyo y después de Pablo Infante.

El acoso local era constante. La afición burgalesa cantaba "¡Sí se puede!", pero el rival no llegaba arriba con claridad. Pese a todo, la presencia del Mirandés en el campo del Espanyol era cada vez mayor. La zaga catalana solucionaba los avisos con solvencia, pero a Alain Arroyo le bastó un error de concentración para enfriar Cornellá. El delantero le ganó la espalda a la defensa y superó con un tiro cruzado el mano a mano con Casilla.

El físico de los burgaleses empezó a pasar factura a partir del minuto 60. El Espanyol acorraló al bloque visitante en su área, pero le faltó definición.

Pero como ocurrió en el primer gol, un error de la defensa local volvió a dar alas a los pupilos de Carlos Pouso. Esta vez fue Amat, en el 78, el que regaló el balón a Pablo Infante dentro del área y el delantero picó con elegancia y precisión la pelota. Era el 0-2: parecía la sentencia.

Lo mejor del Espanyol vino al final y en seis minutos le dio la vuelta al partido.