Los jugadores del Rayo Vallecano decidieron ayer en una nueva reunión después del entrenamiento tomar medidas drásticas en caso de que no haya una solución a su situación de impago, entre ellas barajan el encierro en el vestuario y la no disputa del próximo encuentro, en Valladolid el sábado.

Los jugadores no quieren seguir esperando una solución que llevan pidiendo muchas semans y a la que no han obtenido respuesta, aunque sí buenas palabras. Además, han sabido que el comprador mejor posicionado para cerrar la operación ha solicitado dos meses para estudiar las cuentas en Hacienda antes de efectuar la compra.

Ante esta noticia y las dificultades económicas que están atravesando, han decidido tomar medidas aunque éstas no son definitivas, con la intención de que la dirección del equipo actúe y se comprometa a cumplir con los jugadores, como ellos están cumpliendo en lo deportivo, no en vano son líderes de la Segunda División.

Vuelven a dar un plazo de 24 horas antes de tomar ninguna decisión, con lo que mañana volverán a reunirse y decidirán qué hacer, pero las dos opciones que se barajan son la de encerrarse en el vestuario y la de no acudir al próximo encuentro, que debería ser el sábado a las 18:00 horas.

Por su parte, el capitán del Real Valladolid, Javier Baraja, dijo ayer que el posible "encierro" de su próximo adversario, el Rayo Vallecano, en señal de protesta por las nóminas que el club adeuda a sus jugadores, no influirá en el grado de competitividad del líder de Segunda División. "Llevamos un mes hablando de ello y vemos que sigue primero. Ellos están mentalizados de que el sábado, cuando toca competir, compiten e, indepndientemente de que se encierren, van a venir con ganas", dijo.