Habrá fútbol el fin de semana, pese a que la jueza Purificación Pujol atienda hoy el deseo de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) de llevar a cabo el paro fijado para la jornada 30 y decida que no hay fútbol. Si fuera así, la Liga convocará para hoy mismo una asamblea extraordinaria con el objetivo de dar marcha atrás a la decisión adoptada el 11 de febrero de no jugar este fin de semana. No lo hará si la magistrada da la razón a los seis clubs que quieren que haya fútbol el 2 y 3 de abril.

El nuevo culebrón del fútbol español se ha disuelto en el último asalto. Después de llegar a los juzgados, la marcha atrás de la LFP deja en nada el revuelo de las últimas semanas. El cambio de rumbo fue posible gracias a la mediación de Jaime Lissavetzky. El secretario de Estado para el Deporte mantuvo ayer una reunión con José Luis Astiazarán, presidente de la patronal del fútbol, al que solicitó que los clubs partidarios del paro por el partido en abierto reconsideren su postura y den luz verde a que se juegue el fin de semana.

CAMBIO DE RUMBO Este cambio de rumbo en la situación asegura que haya fútbol el fin de semana. Una situación que podría llegar por dos caminos. El primero sería que la jueza fallara en favor del llamado G-6, que pide que se juegue. En caso contrario, la asamblea de la LFP revocará su decisión y fijará horarios para los partidos de sábado y domingo. Ayer, antes de que las partes pactaran la solución al conflicto, el juzgado de primera instancia número 63 congregó a una representación de la LFP y otra del G-6. Juan de Dios Crespo, abogado del G-6 y que también lo es del Sevilla, uno de los equipos que son favorables a que se juegue, junto con el Athletic, Real Sociedad, Espanyol, Zaragoza y Villarreal, basó sus alegaciones en que la LFP no tiene competencia para modificar un calendario elaborado el pasado mes de julio.

ACUERDO POR MAYORIA El otro argumento de peso fue la huelga que planteó la AFE en diciembre. "La Liga dijo que era imposible un paro porque no había fechas. ¿Cómo es posible que ahora las haya?", manifestó Crespo.

El abogado de la Liga (LFP), Miguel García Caba, quitó hierro al cambio del calendario y precisó que cuando se acordó la huelga se hizo por mayoría y solo se opusieron seis de los 42 clubs de Primera y Segunda. "Huelgas ha habido muchas y el calendario siempre llegó al final. Es un problema de voluntad", expuso Caba.

Más claro fue Jaime Lissavetzky, quien insistió en que el Gobierno no cederá ante la postura de fuerza de la Liga de Fútbol Profesional. "Espero que impere la sensatez. Hay aspectos que no se pueden modificar y menos de la noche a la mañana. No quiero apagar incendios con gasolina", dijo ayer el secretario de Estado para el Deporte. Todo eso antes de pactar una salida a la nueva crisis de la mejor Liga del mundo.