Es complicado que en un equipo todos sus componentes funcionen a la perfección durante toda la temporada. Que no haya lesiones, que no aparezcan contratiempos. También, que todas las piezas encajen en el sistema, que se adapten. Y para muestra de las buenas, el Córdoba CF de esta temporada.

Tanto prensa, como afición, pasando por muchos integrantes de la plantilla señalan el duelo ante el Valladolid (1-0), por el resultado, y el siguiente en Albacete, por el juego (a pesar de la derrota), como puntos de inflexión en el devenir del conjunto blanquiverde en la tabla. Lo llamativo es que ese resugir se ha llevado a cabo con los en teoría secundarios allá, el pasado verano: Camille, Alberto Aguilar, Oriol Riera, Charles... La transformación del equipo hasta la desaparición por diversos motivos de los que debían ser pilares como Raúl Navas, Gaspar, Usero, Jonathan Sesma o Iñigo Díaz de Cerio significó, paradójicamente, la reactivación del Córdoba. Mirando el gráfico adjunto se puede comprobar que en las primeras 17 jornadas ligueras la media de puntación (1,1) por partido no daba ni tan siquiera para la salvación, mientras que desde el encuentro contra los vallisoletanos esa media se va hasta 1,5 puntos por encuentro, lo que en una proyección de 42 jornadas otorgaría 63 puntos. Algunos aseguran que con ese listón, si no se está en eliminatoria de ascenso, falta poco. Lo malo, que hay que recuperar el déficit de las primeras jornadas. ¿Habrá tiempo para ello? El Alcoraz dará la primera respuesta.