El Regal Barcelona se jugará su futuro europeo mañana en Atenas, donde ayer perdió ante el Panathinaikos (76-74), en un partido tan igualado como los dos anteriores y en el que el de Xavi Pascual fue durante muchos minutos a remolque.

La determinación y el acierto de Ricky Rubio no fue suficiente para sacar adelante un partido en una cancha en la que casi 20.000 espectadores llevaron en volandas a los jugadores del Panathinaikos, en especial a Dimitris Diamantidis, que volvió a erigirse en el jugador determinante del partido (18 puntos, 13 faltas forzadas, 25 de valoración).

El encuentro se decidió en el último cuarto. El Barcelona, con más fe que acierto, le dio la vuelta a la situación y llegó a dominar (61-63), a menos de seis minutos para el final, pero Diamantidis dirigió entonces con maestría y acertó desde el tiro libre para no dar opciones a los barcelonistas.

Como en el segundo partido, ayer los árbitros también tuvieron su cuota de protagonismo al señalar una técnica a Navarro por simular una falta de ataque, una penalización que sirvió a los griegos para despegarse en el marcador y escaparse con seis puntos de ventaja al término del tercer cuarto (55-49).

Mañana, el Barça tendrá toda la tensión para superar al Panathinaikos. Si lo consigue, tendrá otra oportunidad.