Veinte años después de formalizar con el Gobierno un plan de saneamiento que debía dejar a cero en el plazo de 11 años las deudas del fútbol español --que entonces ascendían a 26.000 millones de pesetas (156,2 millones de euros)--, el endeudamiento de los clubs profesionales ronda los 4.000 millones de euros. Una cifra astronómica ante la que los 150 millones de euros que intenta obtener ahora anualmente la Liga de Fútbol Profesional (LFP) con la supresión del partido televisado en abierto parece una minucia.

A los clubs, ahora convertidos en su inmensa mayoría en sociedades anónimas deportivas, les han sacado la tarjeta roja. Viven muy por encima de sus posibilidades y gastan mucho más de lo que ingresan. Solo el Madrid y el Barcelona, pese a que su deuda es la mayor del fútbol español, están en condiciones de generar los recursos propios necesarios para realizar las amortizaciones necesarias. Todo esto pese a que el fútbol viene ingresando anualmente unos 650 millones de euros en concepto de derechos de televisión, que los clubs pretenden elevar a más de 900 a partir de la temporada 2015-2016. El reparto de esos derechos tiene abierto el conflicto que está relacionado directamente con la iniciativa de paro planteada por la patronal futbolística para la jornada de Primera y Segunda División del próximo fin de semana.

Mientras fuentes gubernamentales aseguran que no existe posibilidad alguna de afrontar un nuevo plan de saneamiento, los clubs se sienten menospreciados por las instituciones y no dejan de reclamar una mayor parte del pastel que supone la explotación de los recursos que genera el fútbol: quinielas, apuestas, reducción del IVA y mayores facilidades para satisfacer las deudas con Hacienda y la Seguridad Social. "El fútbol profesional es continuamente denigrado con argumentos fáciles e infundados que confunden a al opinión pública, cuando su situación no es muy distinta a la de cualquier otro sector: crisis, deuda, concurso de acreedores e incluso plan de saneamiento son términos comunes a cualquier otra actividad. Sin embargo, los clubs no cierran y han pagado su rescate financiero de los años 90 hace mucho tiempo ya, mientras el Estado ha acudido en ayuda de otros sectores económicos cuando lo han necesitado", se decía en el editorial de la última revista de la LFP.

QUIEBRA TECNICA Una reflexión que el conjunto de la sociedad no puede comprender, pese a que la patronal futbolística hable de que el fútbol supone el 1% del Producto Interior Bruto (PIB) y genera 85.000 puestos de trabajo. Lo cierto es que, a la vista de las cuentas de los clubs, la llamada Liga de las Estrellas, la mejor del mundo, dicen, está en quiebra técnica y lo que hacen los clubs tiene que ver más con una huida hacia adelante que con cualquier tipo de rigor en sus cuentas.

En una competición que en el 2010 facturó 1.501 millones de euros, los clubs siguen siendo un agujero sin fondo hasta el punto de que la capacidad de endeudamiento está agotada. Muchos se miran en el espejo del Barcelona y el Real Madrid y por ahí empieza la grieta. De los 1.455 millones que ingresa el fútbol, más de la mitad se lo llevan los dos primeros clubs de la competición. Unos ingresos que les permiten soportar una importante deuda.