"Entre tres y cuatro paradas", respondían pilotos y jefes de equipo en los ensayos invernales a la pregunta de cuántos cambios de ruedas serían necesario en Australia. Pues nada de eso. Las gomas responden con exactitud al encargo de la FIA y los equipos para forzar dos cambios. La estrategia ganadora, la de los tres pilotos que llegaron al podio, fue de dos paradas. Y para asombro general, el mexicano Sergio Pérez (uno de los cuatro debutantes, junto a Pastor Maldonado, Jerome DAmbrossio y Paul Di Resta) realizó un solo cambio, lo que le llevó de la 13 posición de la parrilla a la novena, justo por delante de su rápido compañero Kamui Kobayashi, que partía noveno y realizó dos paradas. "Solo tuve que ser cuidadoso con las ruedas y así he cumplido con un debut soñado", dijo el protegido del supermillonanio Carlos Slim antes de saber que los comisarios iban a excluir a los dos Sauber porque su alerón trasero no cumplía con la concavidad reglamentaria.

La llegada de Jean Todt a la presidencia de la FIA ha normalizado al organismo y a los comisarios de las carreras. Ya no actúan a golpe de reclamación, sino que actúan de oficio, como debe ser. La sanción a Button por adelantar de forma irregular a Massa se ejecutó en solo dos vueltas, no tras 15 giros, como sucedía dos años atrás. Y lo mismo se puede decir del castigo a Barrichello tras embestir sin piedad a Rosberg.