Alguien apareció con una maleta de metal con ruedas. Se paseó por el Patio Barroco del Palacio de la Merced ante los madrugadores aficionados que deseaban ver la copa que levantó la selección española en el Mundial de Sudáfrica. Sin custodia. El pedestal donde debía reposar estaba vacío. De repente, seis kilos de oro macizo salieron de su cofre ante el impacto de los asistentes. Por tercera vez en menos de ocho meses, el trofeo que condecoró a España como el mejor combinado del mundo se paseó por Córdoba. Solo su timidez inicial le hizo pasar desapercibida. Tras salir a escena se convirtió en objeto de deseo de cerca de un millar de escolares y público que se dieron cita para fotografiarse con el preciado galardón. La expectación fue tal que hubo gente que se quedó sin poder contemplar el resplandor del trofeo debido a la brevedad con la que posó en la Diputación, bajo la mirada del presidente, Francisco Pulido, y el presidente de la FAF, Eduardo Herrera.

Convenio consistorial

Herrera también acudió al Ayuntamiento, donde junto al Alcalde Andrés Ocaña firmó el convenio de colaboración para el desarrollo de programas deportivos para el juego limpio y el fomento de los valores éticos entre el IMD y la FAF.