La sala de prensa de El Arcángel estaba prácticamente vacía. Cuando Lucas Alcaraz se dirigió a su coche apenas se encontró con dos periodistas. Era una mañana extraña. Incluso parecía oscura pese a la claridad que llegaba del exterior. Ningún coche en la acera. Unos cuantos agolpados en el albero, frente a la puerta cero del estadio. Allí donde se suelen formar corrillos, no había una sola sombra. Todas se agolpaban a unos metros. Entre cascos, chalecos reflectantes, corbatas y chaquetas. Una marabunta de cámaras y micrófonos se desplegó junto a la extinta puerta por la que solía entrar la ambulancia al estadio. Y es que ayer era día de visitas. El delegado del Gobierno en Andalucía, Luis García Garrido, y el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, comprobaron in situ cómo marchaban las obras del fondo sur.

Sorprende la altura que está cogiendo, cuando apenas unas semanas atrás ni siquiera había pilares. "La obra va a buen ritmo. Las previsiones son que terminen a final de junio", se enorgulleció Ocaña. En el corrillo formado por las autoridades se llegó a escuchar la palabra play off. Con las grabadoras en on nadie se atrevió a pronunciarla. Es lo que le faltaba a Alcaraz. El alcalde de la ciudad hablando de ascenso. Sí justificó los motivos por los que se ha ampliado el plazo de ejecución. "La solicitud se ha concedido por razones lógicas, como es la lluvia tan intensa que ha caído en invierno y la aparición de restos arqueológicos".

A vueltas con la lluvia

No fue la única mención al agua. "No es una zona lluviosa, pero sobre todo por el sol siempre hemos entendido necesario cubrir la grada". Hizo bien el alcalde en matizar lo de "no es zona lluviosa", pues más de un seguidor blanquiverde podría haber puesto el grito en el cielo, ya que lo difícil esta campaña ha sido ver un partido con sol. "El cambio climático se está notando", matizó el alcalde. No notará el aficionado las ligeras diferencias entre uno y otro fondo. "Tendrán una simetría total y absoluta. Con la cubierta será uno de los estadios más funcionales y cómodos del país", vaticinó.

El caso es que casi una década después del comienzo de las obras, El Arcángel cerrará --que no completará: "mantendremos la tribuna hasta que más adelante, con nuevos recursos, podamos proceder a su eliminación y levantar una nueva"-- su graderío. "Vamos a tener uno de los estadios de mayor calidad del Estado", presumió Ocaña.