La voz apagada de Antonio Tapia denotaba el frágil estado en el que se encuentra su equipo. Varios aficionados tinerfeños se agolparon a las puertas del estadio exigiendo responsabilidades. El técnico baenense las asumió. "El golpe es duro, hay que asumirlo como tal, somos profesionales y sabemos que la situación es delicada pero aún estamos con posibilidades; soy responsable en el porcentaje que me toque de lo malo, tengo que asumir mi responsabilidad", repitió.

El entrenador del Tenerife catalogó el encuentro como "muy igualado en resultado y en juego, pero la expulsión ha condicionado muchísimo, les ha dado mucha ventaja", indicó. "Hicimos lo más difícil, que es ponernos por delante en el marcador, pero no fuimos capaces de mantener el resultado. Es verdad que nos empataron pronto, pero había toda una segunda parte por delante. Pero la expulsión fue determinante --insistió--, porque en igualdad numérica tuvimos opciones".

Tapia no se resignó a la suerte de su equipo. "Quedan doce jornadas, queda vida y tenemos que seguir adelante porque la afición se merece que el equipo no baje los brazos", alentó.