El Chelsea se clasificó sin problemas para los cuartos de final de la Liga de Campeones al empatar sin goles con el Copenhague, pues se nutrió de la ventaja conseguida en la ida y se pudo permitir el lujo de desperdiciar sus muchas ocasiones en Stamford Bridge.

Pese a la escasa necesidad con la que los locales llegaron a este duelo, tras ganar por 0-2 en la capital de Dinamarca, el plantel de Carlo Ancelotti irrumpió imparable y creativo. Destacó el papel de Didier Drogba, que trabajó junto a Anelka, mientras Fernando Torres permanecía en el banquillo.