Todos hablan de éxito. Algunos de éxito peligroso, tal vez recordando la muerte del japonés Shoya Tomizawa, en Mugello, cuando fue arrollado, a altísima velocidad, por Alex de Angelis y Scott Redding. Es evidente que la idea de crear Moto2 (18.15 horas, TVE-1), la categoría que sustituyó a la cilindrada de dosy medio, ha convertido la nueva parrilla, de la que el catalán Toni Elías fue su primer campeón, en la cuna ideal para forjar candidatos a poder pilotar las máquinas de MotoGP pero, sobre todo, en el mejor escaparate para globalizar el Mundial, excesivamente centrado en las canteras españolas e italianas.

"Tenemos multitud de pilotos de muchas nacionalidades y eso hace mucho más internacional, más abierto, el campeonato del mundo", señala Sito Pons, dueño de un equipo en la categoría intermedia del Mundial.

Un racimo de candidatos

Jorge Martínez Aspar, que también posee un equipo de Moto2, cree que esa nueva división, bulliciosa y llamativa, ha sido un acierto. "No tenía sentido seguir corriendo con prototipos, que no tenían nada que ver con las motos de calle y, mucho menos, con la tecnología que emplean todas las fábricas en estos momentos", señala el de Alcira.

Moto2 tiene, en efecto, una parrilla muy atractiva, con pilotos jóvenes, no niños, de diversas nacionalidades. Cerca de 40 profesionales (38, exactamente) componen un enjambre de candidatos entre los que destacan, cómo no, dos españoles (Julito Simón y Marc Márquez), un suizo (Thomas Luthi), un británico (Scott Redding), un alemán (Stefan Bradl), un japonés (Yuki Takahashi) y un par de italianos (Andrea Iannone y Simone Corsi). Máxima variedad, sí, y dura competencia, no solo para ganar cualquier gran premio, sino para alcanzar el podio en cualquiera de las carreras.

A la experiencia, vital en esta nueva categoría, de Simón, Redding, Luthi o Bradl, se añade la irregularidad de Iannone, demasiado pendiente de correr a lo Rossi, y la incertidumbre que produce su compatriota Corsi. Y, en medio de todos, el debut del flamante campeón del mundo de 125cc, Marc Márquez, que se ha pasado la pretemporada, fuese donde fuese, en el podio de todas las tablas de tiempos. Eso sí, el muchacho de Cervera (Lleida) asegura que irá paso a paso. "No tengo prisa por ganar mi primer gran premio en Moto2. Intentaré estar lo más cerca posible de los favoritos lo más pronto posible, pero no más. Esto es muy largo", dice el catalán.

"Marc tiene que mejorar muchas cosas, en las frenadas, por el freno del motor, en las aceleraciones y hasta en el paso por curva", señala Emilio Alzamora, manager de Márquez. "Son pequeñas cosas pero son muchas pequeñas cosas, por lo que hay que tener los pies en el suelo y trabajar sin prisa pero también sin pausa", sentencia el campeón del mundo de 125cc de 1999.

Márquez, cuya sorpresa mayor con el cambio de cilindrada no se centra en la velocidad punta sino "en lo mucho que acelera la moto", reconoce que adelantar en Moto2 es mucho más complicado que en 125cc. "Más que nada --señala el joven leridano-- porque cuanto tienes que rectificar, en 125cc sólo con la intención la moto ya te seguía, y en Moto2, con el peso y la inercia que tiene la moto te cuesta un poco más, no solo a la hora de adelantar, sino también en el momento de meter la moto en curva".

Premio a la regularidad

"El título este año estará carísimo", reconoce Julito Simón, que el pasado año estuvo apretando a Elías hasta la recta final. "Espero ser más competitivo que el pasado año, pero también será muy importante no cometer errores como en la pasada temporada, en la que al final no pude meter más presión a Toni para luchar por el título", lamenta el joven de Villacañas, que reconoce que el título recaerá en aquel piloto que más veces visite el podio.