Al Córdoba se le ha presentado una preocupación más que inesperada y que puede provocar el cambio en la política de fichajes casi en el último instante. La lesión que se produjo Gaspar en el amistoso del pasado viernes ante el Xerez ha hecho saltar las alarmas aunque la orden ahora mismo es la de la prudencia y la tranquilidad.

"Es más fuerte que lo que me hice en Irún", declaraba el futbolista en la tarde de ayer. La pasada temporada, en el último tercio del encuentro que el Córdoba jugó en el Stadium Gal, esa misma rodilla le mandó un serio aviso (que no el primero) al cordobés. De hecho, le tuvo en el dique seco por espacio de mes y medio. "Cuando me hice lo de Irún el crujido fue más suave, como más por fuera. El viernes me noté que me crujía toda, muy por dentro", detallaba a este periódico el central blanquiverde, pieza fundamental en el esquema del Córdoba desde la llegada de Lucas Alcaraz, que lo hizo el jefe de la defensa nada más llegar al banquillo cordobesista.

Ante el Xerez corría el minuto 15 y Gaspar estaba fuera de sitio, casi en la línea de tres cuartos del rival. En un balón dividido, se lanzó a ras de suelo "para poner el balón arriba, porque se iba" y al momento levantó el brazo. "No, no. No fue con nadie, ni con Antoñito. Fui yo solo, al dar al balón para subirlo noté el dolor", recordaba el jugador.

CARAS SERIAS En los vestuarios de la ciudad deportiva José Ramón Cisneros, el jefe de los servicios médicos del Córdoba, Javier Bejarano, acompañaba al futbolista y salía del recinto con cara muy seria. "Está algo inflamada, pero estoy con analgésicos y con crioterapia", detallaba el jugador, que espera ya las pruebas que se realizará en la clínica Asisa pasado mañana, martes, a primera hora de la mañana. "La verdad es que no soy nada optimista con el diagnóstico, porque me giró mucho la rodilla y me crujió entera", se lamentaba el que es junto a David Pérez Arteaga uno de los dos capitanes de la plantilla.

Por su parte, en la entidad blanquiverde esperan también el diagnóstico que dé el galeno, ya que en caso de que las malas sensaciones que tiene ahora mismo el jugador se confirmen obligaría a modificar o a ampliar el capítulo de fichajes pendientes para la próxima temporada. En todo caso, desde el club siempre se ha afirmado que es más fácil captar a un central o un defensa en general que a un pivote o a un centrocampista y la intención, antes del amistoso del viernes, era no fichar más tras la incorporación de Díaz de Cerio y la más que probable de Callejón. Ahora, la mente está puesta en Gaspar. La gran preocupación.