Corría el mes de junio y se quedaba libre uno de los jugadores más apetecibles por la mayoría de clubs de Segunda. Pese a sus 35 años, Víctor era objeto de deseo de muchos equipos. Algunos, como el Huesca, lo llegaron incluso a anunciar como el estandarte de su nuevo proyecto. Otros no pudieron ni siquiera competir. Porque el Cartagena estaba decidido a volver por la puerta grande a la categoría de plata costara lo que costara. Así que el 10 de julio fichó a Víctor. Un jugador que llegó a debutar con la selección española de la mano de José Antonio Camacho en el 2000 y que disputó la Copa de la UEFA cuatro años más tarde con el Villarreal.

El siguiente fue Toché, de 26 años. Las lesiones hacían dudar de su rendimiento. En tres temporadas en Segunda, solo había marcado 15 goles. Pero Juan Ignacio Martínez ya lo requirió en el mercado invernal cuando entrenaba al Albacete. Apuesta personal que no ha podido salirle mejor al técnico.

El nueve de agosto el Cartagena daba el último golpe de efecto para completar la terna. Paco Gómez conseguía que Quique De Lucas dejara al máximo rival cartagenero, el Real Murcia, por el Efesé.

La edad era un factor que preocupaba en el seno del club. Víctor (35), De Lucas (31) y Toché (26) sumaban 92 años. De ahí que los dos primeros firmaran por una sola temporada. Pero el resultado ha sido sobresaliente. Toché ha anotado en nueve meses dos goles más (17) que en tres años (15). Solo se ha perdido un partido y 26 los ha completado como titular. El caso de Víctor y De Lucas es diferente. Juan Ignacio Martínez ha sabido dosificarlos a la perfección. De los 32 partidos que ha jugado, Víctor solo ha completado 17, mientras que De Lucas ha terminado 16 de 34. El ex vallisoletano suma nueve dianas y el catalán, once.

El trío atacante es uno de los artífices de que el Cartagena haya permanecido toda la temporada en puestos de ascenso. El club murciano, de hecho, es el cuarto equipo más goleador de la cateogoría (56) solo superado por el Elche (60), el Levante (57) y el Villarreal B (57).

Pero si fructíferos han sido los números atacantes del Cartagena, en nada desmerecen los de la retaguardia. Sobre todo a domicilio, donde han recibido un gol por partido (19), el mejor promedio de toda la Segunda División.