El pasado verano, sobre todo en la concentración de Costa Ballena, todos o casi todos destacábamos el trabajo estajanovista que desarrollaba Lucas Alcaraz que, hablando en plata, podría no garantizar un sobresaliente, pero el aprobado lo tenías en la buchaca. Vamos, lo que necesitaba el Córdoba.

Con lo que tiene, el técnico ha hecho un equipo a su imagen y semejanza. Repito: con lo que hay. Para bastantes aficionados eso significa que, después de estar en la puerta de la confitería debajo de un chaparrón y a dos grados bajo cero, algo se ha andado. Desde arriba se dice que, una vez dentro, no se puede comprar. Para otros, el estar dentro del establecimiento y no poder catar nada se está convirtiendo en un sufrimiento que, a veces, raya la rebeldía (léase, los pitiditos de ayer en El Arcángel). La RAE dice que ilusión es "una representación sin verdadera realidad, sugerida por la imaginación o por engaño de los sentidos", y que el iluso es "el propenso a ilusionarse". Pues ni eso.