Hace ya doce temporadas que Mariano Mansilla realizó un contrato por cinco temporadas a un jugador del Córdoba juvenil que apuntaba a ser una promesa. Posteriormente acabó cedido en el Pozoblanco. Allí compartió vestuario y titularidad en la delantera en Tercera División con el hijo de su valedor, Mariano Mansilla júnior. Casi una década después han vuelto a vestirse de corto bajo el mismo techo. Esta vez el de los vestuarios de El Arcángel. Los roles han cambiado. Pepe Díaz ha pasado de ser un impulsivo e inexperto futbolista recién salido de las categorías inferiores a liderar el Córdoba de Lucas Alcaraz. Por su parte, Mansilla es ahora el fisioterapeuta del club. Cuida y mima los músculos de los futbolistas para que estén al máximo rendimiento en cada partido. Pepe Díaz ha compartido en el último mes muchas horas con él. Las dos lesiones que ha padecido le han tenido mucho tiempo en la camilla de Mariano. Este le curó y en su regreso a los terrenos de juego marcó dos goles. La conexión que comenzó en tierras vallesanas tiene continuidad.

Para el fisio, Pepe Díaz siempre ha sido "muy maduro futbolísticamente". Cuando Mariano Mansilla jugaba en el Séneca y Pepe Díaz en las categorías inferiores del Córdoba ya se enfrentaron en alguna ocasión y "siempre me llamó la atención y se veía que podía ser lo que es ahora". Pero el punto que marcó un punto de inflexión "y cuando me dí cuenta que llegaría a un punto álgido fue cuando mi padre, como secretario técnico, y Pacuco Rosales le dieron una oportunidad en el primer equipo". Y es que "es un jugador extremadamente profesional". Por eso, durante el periodo en el que ha estado en sus manos para ponerlo a punto lo ha pasado mal por no jugar, ya que "se come la cabeza por las lesiones porque es muy ambicioso y competitivo". Es más, en los entrenamientos siempre protagoniza piques con compañeros, ya que no le gusta perder ni las sesiones intersemanales y "le gusta que sepamos que es muy gruñón, ya que demuestra su grado de implicación". Tal implicación propició que fuera uno de los artífices de la salvación la campaña pasada y ahora es el máximo goleador del equipo y el tercero de la Segunda A.