Después de la eliminación de Copa, en medio de un ambiente de decepción y con muchas lágrimas a la vista, se escuchó una frase de Pep Guardiola: "Seguís siendo los mejores". No era la primera vez que se escuchaba. En Abu Dabi, antes de la final del Mundial de Clubs, también la pronunció con un acompañamiento lleno de épica. "Si perdéis, seguiréis siendo los mejores. Si ganáis, seréis eternos". Y ese Barça se hizo eterno, aunque estuvo muy cerca de quedarse a mitad de camino. Como sí ha ocurrido en la Copa. Pero el equipo se ha empeñado en cumplir la palabra del entrenador. Sigue siendo el mejor. En todo.

El Barça vuelve a marcar diferencias y ha respondido con contundencia a quienes daban por hecho que el campeón se había ido y andan sembrando dudas sobre él, abonando la idea de que no es el que era. Por más que esa sensación pueda haber calado, los números lo desmienten. En relación a hace un año, solo tiene un punto menos (46 frente a 47), pero ahora sin haber encajado ninguna derrota, una situación que le deja a un paso de aumentar su larga lista de récords con uno más. Si mantiene esta racha el sábado en Valladolid, será la primera vez en su historia que cierra una primera vuelta como invicto.

De momento, ya es campeón de invierno, un título honorífico que no es garantía de nada --de las 17 ocasiones en que lo ha sido, ha acabado ganando en 10 la Liga--, pero que mantiene intacta su hegemonía por delante de un Madrid que no hay manera de que le pille el paso. Está más cerca que hace un año --12 puntos entonces, 5 ahora--, así que esos 7 puntos de más son lo único que ha ganado después de gastarse 260 millones de euros. No parece que estas fueran las cuentas que hizo Florentino cuando se gastó esa millonada para pasar por delante del Barça.

El campeón continúa con su papel, empeñado en ser el mejor en todo. Y ahí está. Con el mejor ataque y la mejor defensa, una prueba más del equilibrio del equipo. Con Valdés como Zamora y Messi como pichichi, y entre uno y otro, el centro del campo más creativo y admirable, con Xavi, elegido como el mejor cerebro del mundo, e Iniesta, convertido otra vez en el Iniesta de antes de la lesión.

La tercera pieza, Busquets, no deja de asombrar. Ayer, sin embargo, fue protagonista de una mala noticia. El jugador pasó la noche del sábado ingresado en el hospital, quejoso de una contusión renal, y es baja para Valladolid. Touré seguirá en la Copa de Africa por lo que Márquez podría ocupar esa posición.

Guardiola, que hoy cumple 39 años, tiene tiempo para pensárselo. Mucho más tiempo del que está acostumbrado. Igual que el equipo para desconectar. De momento, dos días de vacaciones, y por delante cinco semanas sin más compromiso que la Liga, donde le esperan dos salidas consecutivas (Valladolid y Gijón). Hasta finales de febrero cuando será la hora de volver a la Champions y vérselas en octavos con el Stuttgart. Y no habrá respiro.